LUXEMBURGO – Nadie podía predecir hasta qué punto la COVID‑19 iba a erosionar décadas de progreso en el área de la salud pública mundial. Y el mundo todavía no se recupera del shock. Pero tenemos la oportunidad (y el deber) de extraer las enseñanzas correctas, para mitigar esta pandemia y minimizar el riesgo de que se produzcan hechos similares en el futuro.
LUXEMBURGO – Nadie podía predecir hasta qué punto la COVID‑19 iba a erosionar décadas de progreso en el área de la salud pública mundial. Y el mundo todavía no se recupera del shock. Pero tenemos la oportunidad (y el deber) de extraer las enseñanzas correctas, para mitigar esta pandemia y minimizar el riesgo de que se produzcan hechos similares en el futuro.