People hold pictures of jailed journalists in Turkey OZAN KOSE/AFP/Getty Images

Cuando la lucha contra las noticias falsas ayuda a la censura

WASHINGTON, DC – Muchos analistas de los medios de comunicación han identificado correctamente los peligros que plantean las “noticias falsas”, pero a menudo no advierten lo que significa el fenómeno para los periodistas mismos. El término no solo se ha convertido en una manera abreviada de señalar negativamente a todo un sector, sino que los autócratas lo están utilizando como una excusa para encarcelar reporteros y justificar la censura, a menudo con acusaciones exageradas de apoyar a los terroristas.

En todo el planeta, la cantidad de periodistas honestos en prisión por publicar noticias falsas o inventadas es de al menos 21, la más alta de todos los tiempos. Y es probable que suba, a medida que los gobernantes no democráticos usen el calificativo de “noticias falsas” para atacar a los medios independientes.

Estados Unidos, que alguna vez fuera un faro mundial de la defensa de la libertad de expresión, ha abandonado ese papel. Los exabruptos del Presidente Donald Trump en Twitter acerca de las “noticias falsas” han dado a los regímenes autocráticos un ejemplo con el que justificar sus propios ataques a los medios. En diciembre, el periódico estatal chino People’s Daily  publicó tuits y una publicación de Facebook saludando el mantra de las noticias falsas de Trump y observando que “denota una verdad más amplia acerca de los medios de comunicación occidentales”. A esto siguieron las alabanzas del gobierno egipcio a la administración Trump en febrero de 2017, cuando el ministerio de exteriores del país criticó a los periodistas occidentales por su cobertura del terrorismo global.

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