GINEBRA – Cuando Mabruka tenía 18 años, un día llegó a su casa de la escuela y empezó a toser sangre. Se venía sintiendo mal desde hacía unos dos meses, y cuando fue a una clínica de salud, describió síntomas como pérdida de peso, fatiga, dificultad para respirar, fiebre, sudores nocturnos, escalofríos, pérdida de apetito y dolor al respirar y toser. A Mabruka le diagnosticaron tuberculosis (TB) y le prescribieron un régimen diario de 9-10 píldoras. El tratamiento duró seis meses y, durante ese tiempo, no pudo asistir a la escuela.
GINEBRA – Cuando Mabruka tenía 18 años, un día llegó a su casa de la escuela y empezó a toser sangre. Se venía sintiendo mal desde hacía unos dos meses, y cuando fue a una clínica de salud, describió síntomas como pérdida de peso, fatiga, dificultad para respirar, fiebre, sudores nocturnos, escalofríos, pérdida de apetito y dolor al respirar y toser. A Mabruka le diagnosticaron tuberculosis (TB) y le prescribieron un régimen diario de 9-10 píldoras. El tratamiento duró seis meses y, durante ese tiempo, no pudo asistir a la escuela.