SEATTLE – Cuando el ciclón Idai azotó a Mozambique, Malawi y Zimbabue en la noche del 14 de marzo, causó una devastación inimaginable y se cobró más de 1.000 vidas. Tras su paso, y el del ciclón Kenneth al mes siguiente, la inundación y la pérdida de infraestructura crearon las condiciones para un brote explosivo de cólera, una enfermedad diarreica mortal que puede matar a una persona en cuestión horas si no recibe tratamiento.
SEATTLE – Cuando el ciclón Idai azotó a Mozambique, Malawi y Zimbabue en la noche del 14 de marzo, causó una devastación inimaginable y se cobró más de 1.000 vidas. Tras su paso, y el del ciclón Kenneth al mes siguiente, la inundación y la pérdida de infraestructura crearon las condiciones para un brote explosivo de cólera, una enfermedad diarreica mortal que puede matar a una persona en cuestión horas si no recibe tratamiento.