razavi2_Omar MarquesGetty Images_coronavirusaidsuppliespoland Omar Marques/Getty Images

La protección social se paga sola

GINEBRA – Si la pandemia de COVID-19 ha enviado un mensaje al mundo, es que nuestra seguridad es tan precaria como la de los más vulnerables. Quienes no pueden ponerse en cuarentena o recibir tratamiento ponen en peligro sus propias vidas y las de los demás, y si un país no puede contener el virus, los demás están obligados a infectarse, o incluso a reinfectarse. Pero, los sistemas de protección social de todo el mundo están fracasando estrepitosaente a la hora de salvaguardar las vidas y los medios de subsistencia de los grupos vulnerables.

Casi el 40% de la población mundial no tiene seguro de salud ni acceso a otros sistemas nacionales de salud. Unos 800 millones de personas gastan cada año al menos el 10 % de su presupuesto familiar en atención a la salud, y 100 millones de personas caen en la pobreza debido a que tienen que enfrentar gastos médicos. Esto significa que una significativa parte de la gente simplemente carece de los medios para buscar tratamiento, incluso cuando adquieren enfermedades altamente contagiosas como el COVID-19.

Para agravar el problema, una abrumadora mayoría de los trabajadores carecen de la seguridad económica necesaria para acceder a licencia por enfermedad o hacer frente a una emergencia inesperada. Dado que menos de dos tercios de los países cuentan con un sistema de seguro social o de asistencia social que brinde subsidios por enfermedad, los enfermos suelen verse obligados a elegir entre poner en peligro su salud personal y pública, o pagar sus facturas.

https://prosyn.org/JMcrIDwes