LILONGWE – Casi un tercio de la población mundial (2,4 mil millones de personas) cocina con biomasa sólida, lo que tiene consecuencias devastadoras para su salud y el medio ambiente. En todo el mundo, se estima que el uso de combustibles tradicionales para cocinar tiene un costo de 2,4 mil millones de dólares por año, debido a los problemas de salud asociados a dicho uso, la pérdida de productividad y los daños impulsado por el clima. Sin embargo, debido a que 733 millones de personas aún carecen de acceso a la energía eléctrica, los combustibles de biomasa a menudo son la única opción.
No tiene por qué ser así. La promoción de las soluciones limpias para cocinar y el cierre de la brecha de acceso a la electricidad son dos de las metas clave del séptimo Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que pide garantizar “el acceso a energía asequible, confiable, sostenible y moderna para todos” para el año 2030. Sin embargo, estos dos pilares del acceso a la energía tienden a tratarse como problemas separados, lo que se refleja en los niveles dispares de inversión que cada uno recibe. Las soluciones limpias para cocinar y la electrificación atraen a un conjunto diferente de partes interesadas, que luego desarrollan estrategias separadas con el propósito de cerrar cada una de las brechas.
Pero de ninguna manera son problemas aislados. Cuando las personas tienen acceso a suficiente electricidad (preferiblemente proporcionada por fuentes de energía renovable), puede tener a su disposición los tipos de tecnologías para cocinar con electricidad (e-cooking) que ya se utilizan ampliamente en el Norte Global. El garantizar el acceso a la electricidad y a las opciones que proporcionen soluciones limpias, por lo tanto, contribuiría en gran medida a que el Sur Global haga frente a sus desafíos energéticos, climáticos y de desarrollo.
Tal como están las cosas, las estufas y cocinas eléctricas no han logrado avances significativos en los países en desarrollo, en gran parte debido a la carencia de infraestructura energética (tanto dentro como fuera de la red). Pero, a medida que los países en desarrollo y sus socios buscan expandir y depurar sus sistemas eléctricos nacionales, también tienen la oportunidad de impulsar una adopción más amplia de formas de cocinar con electricidad (“e-cooking”). De este modo, pueden estimular la demanda de electricidad y mejorar los argumentos comerciales a favor de nuevas conexiones dentro y fuera de la red y de otras mejoras de infraestructura.
Sin embargo, para aprovechar al máximo esta oportunidad, los gobiernos deben desarrollar planes energéticos integrados (IEP) que establezcan metas claras para la electrificación y el acceso a las soluciones limpias para cocinar, y que canalicen de manera efectiva recursos para que se cumplan dichas metas. Los responsables de la formulación de políticas deben examinar el sistema energético de forma holística a momento de determinar cómo se mejorará el acceso tanto doméstico como institucional a la electricidad y a las soluciones limpias para cocinar (incluyendo a las formas de cocinar con electricidad).
Los gobiernos de Nigeria y Malawi ya han reconocido el poder de los IEP. Nigeria, a través de su trabajo conjunto con “Sustainable Energy for All”, la “Global Energy Alliance for People and Planet”, y la “Rockefeller Foundation”, ha desarrollado una Herramienta para la Planificación Energética Integrada que desempeñará un papel vital para ayudar a que este país logre sus objetivos de acceso a la energía para el año 2030, mientras que a su vez se encuentra en camino hacia alcanzar su objetivo de cero emisiones netas para el año 2060. Y Malawi lanzó una herramienta similar esta semana.
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Impulsadas por extensos modelos y datos geoespaciales, estas plataformas interactivas brindan información a las partes interesadas del gobierno y del sector privado en base a la cual estas partes interesadas pueden llevar a cabo acciones, de manera que estén capacitados para ofrecer soluciones de menor costo para expandir el acceso a la electricidad y las soluciones limpias para cocinar. Por ejemplo, el IEP de Nigeria estima que para 3,5 millones de hogares las soluciones para cocinar con electricidad tienen un precio asequible y que probablemente las adopten, lo que a su vez daría como resultado una demanda de electricidad incremental anual de 1100 megavatios hora. Aprovechar esta oportunidad requeriría una inversión de sólo $83 millones, principalmente para la adquisición de estufas.
Por su parte, el IEP de Malawi muestra que cocinar con electricidad potencialmente puede llegar a 4,1 millones de hogares más en el momento que el país logre la electrificación universal, y esa cifra incluye sólo hogares conectados a la red. Además de alcanzar mejores resultados en materia de salud, este nivel de adopción también mejoraría los aspectos financieros vinculados con los proyectos de expansión de la red que está llevando a cabo la Electricity Supply Corporation of Malawi.
Los IEP son indispensables para sacar a luz el mercado potencial de un país con respecto a las opciones para cocinar con electricidad. Identifican la ubicación de los clientes en función de su estado actual y su estado previsto con respecto a la electrificación, lo que constituye una información comercial esencial para las empresas que ofrecen soluciones limpias para cocinar. Debido a que los esfuerzos de electrificación tardan en dar sus frutos, un IEP también proporciona una idea sobre los lugares en los que las soluciones para cocinar con electricidad aún no pueden ser factibles para las poblaciones locales. En estos casos, el enfoque puede desplazarse hacia soluciones provisionales para cocinar de manera limpia, como por ejemplo estufas mejoradas o estufas que funcionan con gas licuado de petróleo.
Cualquiera que sea el caso, el avance mínimo logrado para mejorar el acceso a una solución limpia para cocinar subraya la necesidad de contar con estrategias nuevas y mejor informadas. El lanzamiento del IEP de Malawi esta semana marca el inicio de un nuevo capítulo de toma de decisiones basadas en evidencia en el país. Es fácil acceder al IEP en línea para que sea utilizado por instituciones gubernamentales, el sector privado, los socios para el desarrollo, y el público en general.
En la COP27 de este año, muchos países africanos harán hincapié en la necesidad de contar con mayor inversión y financiamiento internacional para apoyar su desarrollo en materia de energía limpia. El reciente compromiso del Banco Mundial de 1,5 mil millones de dólares para financiar electricidad y soluciones limpias para cocinar en Nigeria demuestra que un IEP puede ser un catalizador que movilice tal apoyo.
Todos los países en desarrollo deberían seguir el ejemplo de Malawi y Nigeria y adoptar la planificación energética integrada. Hacerlo les permitirá aprovechar la doble oportunidad que ofrece el cocinar de manera limpia utilizando electricidad: electrificación y una mejor salud para sus poblaciones y el medio ambiente.
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To prevent unnecessary deaths from treatable diseases, the World Health Organization must be empowered to fulfill its mandate as the leading global emergency responder. If its $7.1 billion fundraising campaign falls short, we risk being caught unprepared again when the next pandemic arrives.
calls on wealthy countries to ensure that the World Health Organization can confront emerging threats.
Not only did Donald Trump win last week’s US presidential election decisively – winning some three million more votes than his opponent, Vice President Kamala Harris – but the Republican Party he now controls gained majorities in both houses on Congress. Given the far-reaching implications of this result – for both US democracy and global stability – understanding how it came about is essential.
The post-election blame game in the United States will not only tear apart the Democratic Party, but will also distract from the elephant in the room. Democracy has been eroded by a socioeconomic regime that puts price signals above people's needs, undermining the capacity for consensus and collective decision-making.
argues that the financialization of the global economy has come at the expense self-governance.
LILONGWE – Casi un tercio de la población mundial (2,4 mil millones de personas) cocina con biomasa sólida, lo que tiene consecuencias devastadoras para su salud y el medio ambiente. En todo el mundo, se estima que el uso de combustibles tradicionales para cocinar tiene un costo de 2,4 mil millones de dólares por año, debido a los problemas de salud asociados a dicho uso, la pérdida de productividad y los daños impulsado por el clima. Sin embargo, debido a que 733 millones de personas aún carecen de acceso a la energía eléctrica, los combustibles de biomasa a menudo son la única opción.
No tiene por qué ser así. La promoción de las soluciones limpias para cocinar y el cierre de la brecha de acceso a la electricidad son dos de las metas clave del séptimo Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que pide garantizar “el acceso a energía asequible, confiable, sostenible y moderna para todos” para el año 2030. Sin embargo, estos dos pilares del acceso a la energía tienden a tratarse como problemas separados, lo que se refleja en los niveles dispares de inversión que cada uno recibe. Las soluciones limpias para cocinar y la electrificación atraen a un conjunto diferente de partes interesadas, que luego desarrollan estrategias separadas con el propósito de cerrar cada una de las brechas.
Pero de ninguna manera son problemas aislados. Cuando las personas tienen acceso a suficiente electricidad (preferiblemente proporcionada por fuentes de energía renovable), puede tener a su disposición los tipos de tecnologías para cocinar con electricidad (e-cooking) que ya se utilizan ampliamente en el Norte Global. El garantizar el acceso a la electricidad y a las opciones que proporcionen soluciones limpias, por lo tanto, contribuiría en gran medida a que el Sur Global haga frente a sus desafíos energéticos, climáticos y de desarrollo.
Tal como están las cosas, las estufas y cocinas eléctricas no han logrado avances significativos en los países en desarrollo, en gran parte debido a la carencia de infraestructura energética (tanto dentro como fuera de la red). Pero, a medida que los países en desarrollo y sus socios buscan expandir y depurar sus sistemas eléctricos nacionales, también tienen la oportunidad de impulsar una adopción más amplia de formas de cocinar con electricidad (“e-cooking”). De este modo, pueden estimular la demanda de electricidad y mejorar los argumentos comerciales a favor de nuevas conexiones dentro y fuera de la red y de otras mejoras de infraestructura.
Sin embargo, para aprovechar al máximo esta oportunidad, los gobiernos deben desarrollar planes energéticos integrados (IEP) que establezcan metas claras para la electrificación y el acceso a las soluciones limpias para cocinar, y que canalicen de manera efectiva recursos para que se cumplan dichas metas. Los responsables de la formulación de políticas deben examinar el sistema energético de forma holística a momento de determinar cómo se mejorará el acceso tanto doméstico como institucional a la electricidad y a las soluciones limpias para cocinar (incluyendo a las formas de cocinar con electricidad).
Los gobiernos de Nigeria y Malawi ya han reconocido el poder de los IEP. Nigeria, a través de su trabajo conjunto con “Sustainable Energy for All”, la “Global Energy Alliance for People and Planet”, y la “Rockefeller Foundation”, ha desarrollado una Herramienta para la Planificación Energética Integrada que desempeñará un papel vital para ayudar a que este país logre sus objetivos de acceso a la energía para el año 2030, mientras que a su vez se encuentra en camino hacia alcanzar su objetivo de cero emisiones netas para el año 2060. Y Malawi lanzó una herramienta similar esta semana.
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Por su parte, el IEP de Malawi muestra que cocinar con electricidad potencialmente puede llegar a 4,1 millones de hogares más en el momento que el país logre la electrificación universal, y esa cifra incluye sólo hogares conectados a la red. Además de alcanzar mejores resultados en materia de salud, este nivel de adopción también mejoraría los aspectos financieros vinculados con los proyectos de expansión de la red que está llevando a cabo la Electricity Supply Corporation of Malawi.
Los IEP son indispensables para sacar a luz el mercado potencial de un país con respecto a las opciones para cocinar con electricidad. Identifican la ubicación de los clientes en función de su estado actual y su estado previsto con respecto a la electrificación, lo que constituye una información comercial esencial para las empresas que ofrecen soluciones limpias para cocinar. Debido a que los esfuerzos de electrificación tardan en dar sus frutos, un IEP también proporciona una idea sobre los lugares en los que las soluciones para cocinar con electricidad aún no pueden ser factibles para las poblaciones locales. En estos casos, el enfoque puede desplazarse hacia soluciones provisionales para cocinar de manera limpia, como por ejemplo estufas mejoradas o estufas que funcionan con gas licuado de petróleo.
Cualquiera que sea el caso, el avance mínimo logrado para mejorar el acceso a una solución limpia para cocinar subraya la necesidad de contar con estrategias nuevas y mejor informadas. El lanzamiento del IEP de Malawi esta semana marca el inicio de un nuevo capítulo de toma de decisiones basadas en evidencia en el país. Es fácil acceder al IEP en línea para que sea utilizado por instituciones gubernamentales, el sector privado, los socios para el desarrollo, y el público en general.
En la COP27 de este año, muchos países africanos harán hincapié en la necesidad de contar con mayor inversión y financiamiento internacional para apoyar su desarrollo en materia de energía limpia. El reciente compromiso del Banco Mundial de 1,5 mil millones de dólares para financiar electricidad y soluciones limpias para cocinar en Nigeria demuestra que un IEP puede ser un catalizador que movilice tal apoyo.
Todos los países en desarrollo deberían seguir el ejemplo de Malawi y Nigeria y adoptar la planificación energética integrada. Hacerlo les permitirá aprovechar la doble oportunidad que ofrece el cocinar de manera limpia utilizando electricidad: electrificación y una mejor salud para sus poblaciones y el medio ambiente.
Traducción del inglés: Rocío L. Barrientos