ZOMBA, MALAWI – Cuando tenía ocho años, un amigo de la familia le dijo a mi padre que pensaba que estaba destinada al liderazgo. Mi papá nunca me dejó olvidar esa estimulante observación, y como resultado de su aliento constante, aproveché cada oportunidad que tuve para hacer realidad la profecía de nuestro amigo. Debo muchos de mis logros a mi fallecido padre, que siempre creyó en mí.
ZOMBA, MALAWI – Cuando tenía ocho años, un amigo de la familia le dijo a mi padre que pensaba que estaba destinada al liderazgo. Mi papá nunca me dejó olvidar esa estimulante observación, y como resultado de su aliento constante, aproveché cada oportunidad que tuve para hacer realidad la profecía de nuestro amigo. Debo muchos de mis logros a mi fallecido padre, que siempre creyó en mí.