NUEVA YORK – El año pasado, luego de la Gran Inflación de 2021-22, bancos centrales, académicos prestigiosos e instituciones internacionales llevaron a cabo un puñado de exámenes post mortem. Sin embargo, aun antes de que la tinta se hubiera secado en sus análisis, los pronósticos de inflación ya se revisaban a la baja casi con la misma velocidad con la que se los había revisado al alza durante los dos años anteriores.
NUEVA YORK – El año pasado, luego de la Gran Inflación de 2021-22, bancos centrales, académicos prestigiosos e instituciones internacionales llevaron a cabo un puñado de exámenes post mortem. Sin embargo, aun antes de que la tinta se hubiera secado en sus análisis, los pronósticos de inflación ya se revisaban a la baja casi con la misma velocidad con la que se los había revisado al alza durante los dos años anteriores.