songwe7_Tony KARUMBA  AFP) (Photo by TONY KARUMBAAFP via Getty Images_climate Photo by TONY KARUMBA/AFP via Getty Images

El desafío de las finanzas climáticas para el mundo

LONDRES – Pasada ya la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) en Egipto, aún quedan muchas preguntas sin responder sobre cómo financiar la reducción de las emisiones y la adaptación. Sin un aumento significativo de la inversión en los países en desarrollo, el mundo no podrá evitar que el cambio climático alcance niveles peligrosos. Si esos países quedan atrapados en la dependencia de los combustibles fósiles y las tecnologías sucias, se convertirán en la fuente de emisiones con mayor crecimiento en las próximas décadas.

Afortunadamente, esas inversiones no solo reducirían las emisiones y aumentarían la resiliencia, también pueden impulsar una nueva forma de crecimiento y desarrollo mucho más atractiva que las opciones sucias y destructivas del pasado. Ayudar a esos países a acelerar la transición de sus economías a situaciones sostenibles, inclusivas y resilientes beneficiaría entonces a los países desarrollados.

La presidencia egipcia de la COP27 y la presidencia británica de la COP26 nos encomendaron un análisis independiente del financiamiento que los países en desarrollo (excepto China) necesitarán para 2030 para cumplir las metas esbozadas en el acuerdo climático de París. En nuestro informe, publicado durante la primera semana de la COP27, concluimos que la inversión anual en acción climática en esos países debe aumentar inmediatamente, de cerca de USD 500 mil millones en 2019 a USD 1 billón para 2025, y a USD 2,4 billones para 2030. Ese inversión no solo permitirá cumplir con el acuerdo de París, impulsará además esta nueva forma de crecimiento y permitirá lograr avances para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

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