kuchan10_MICHAEL KAPPELERPOOLAFP via Getty Images MICHAEL KAPPELER/POOL/AFP via Getty Images

La unidad de Occidente empieza por casa

Washington D. C. – En la solidaridad patente en las recientes cumbres de la OTAN, EE. UU.-UE y el G7 vemos a un Occidente rejuvenecido. Mientras el presidente ruso Vladímir Putin sigue guerreando contra Ucrania, las democracias en la región del Atlántico responden con una unidad impresionante —y un tanto inesperada— proveyendo armas a Ucrania, reforzando el flanco oriental de la OTAN y sancionando a la economía rusa.

En vez de rechazar a los inmigrantes, los estados miembros de la Unión Europea están abriendo sus puertas a millones de refugiados ucranianos. El Congreso estadounidense parece haber redescubierto la cortesía entre ambos partidos que desde hace mucho estaba ausente en Washington. El politólogo Francis Fukuyama incluso prevé un «renacimiento de la libertad» que nos «sacará el susto que tenemos por el empeoramiento de la democracia en el mundo» y agrega con esperanza que «el espíritu de 1989 seguirá vivo, gracias a un puñado de bravos ucranianos».

No tan rápido. Los males políticos que aquejan a las democracias del Atlántico pueden haber desaparecido de los titulares, pero no dejaron de existir. Aunque la invasión rusa es ciertamente un llamado de atención para Occidente, la perspectiva de una nueva Guerra Fría no curará por sí sola a Estados Unidos y Europa del iliberalismo.

https://prosyn.org/HgEnxDwes