NUEVA YORK – “Las señales de alerta se vuelven a encender en el centro de control de la economía global”, señaló acertadamente el primer ministro británico, David Cameron, tras la cumbre del G-20 de noviembre. Sin embargo, la verdadera fuente de inquietud no se encuentra en el riesgo asociado con los desafíos de corto plazo, como la nueva etapa de recesión en Japón en 2014 o el rezago persistente en la eurozona, sino los vendavales a que se enfrentará el mundo durante la segunda mitad del siglo.
NUEVA YORK – “Las señales de alerta se vuelven a encender en el centro de control de la economía global”, señaló acertadamente el primer ministro británico, David Cameron, tras la cumbre del G-20 de noviembre. Sin embargo, la verdadera fuente de inquietud no se encuentra en el riesgo asociado con los desafíos de corto plazo, como la nueva etapa de recesión en Japón en 2014 o el rezago persistente en la eurozona, sino los vendavales a que se enfrentará el mundo durante la segunda mitad del siglo.