krulak4_Michael NigroPacific PressLightRocket via Getty Images_capitol riot Michael Nigro/Pacific Press/LightRocket via Getty Images

Los militares estadounidenses y la turba del Capitolio

BIRMINGHAM, ALABAMA – La revelación de que la insurrección en el Capitolio estadounidense incluyó a muchos miembros retirados y activos de las fuerzas armadas generó alarma; sin embargo, como veterano con 35 años de servicio y comandante retirado del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, percibí los eventos del 6 de enero como la culminación predecible de una creciente desconexión entre los militares estadounidenses y la sociedad civil.

Es una grieta con profundas raíces históricas. Cuando Estados Unidos emergió victorioso de la Segunda Guerra Mundial había cumplido una serie de metas estratégicas claramente articuladas. Independientemente de que vistieran uniforme o no, los estadounidenses se habían involucrado por completo, cumpliendo con entusiasmo los sacrificios necesarios para derrotar a los poderes del Eje. Cuando terminó la guerra, los soldados estadounidenses regresaron a un país orgulloso de lo que habían logrado, unido e impaciente por seguir adelante.

Ya en casa, muchos veteranos se unieron organizaciones como los Veteranos de Guerras en el Extranjero (Veterans of Foreign Wars) y la Legión Estadounidense, donde estuvieron rodeados por gente con ideas similares, quienes prestaron servicio, sufrieron y se sacrificaron juntos. Había abundancia de empleos y los estadounidenses estaban orgullosos de su país y sus militares.

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