NUEVA YORK – La decisión del Departamento de Defensa de lanzar una bomba “Massive Ordnance Air Blast” (MOAB) de 11 toneladas sobre un remoto reducto del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS) en Afganistán no refleja una política de lucha contra el terrorismo coherente. Como muchos comentaristas han señalado, este fue otro caso de estrategia traga-tácticas – un modo de formulación de políticas que fue puesto a prueba una semana antes en Siria y que podría conducir a una catástrofe si se intenta aplicarlo en, por ejemplo, la península coreana.
NUEVA YORK – La decisión del Departamento de Defensa de lanzar una bomba “Massive Ordnance Air Blast” (MOAB) de 11 toneladas sobre un remoto reducto del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS) en Afganistán no refleja una política de lucha contra el terrorismo coherente. Como muchos comentaristas han señalado, este fue otro caso de estrategia traga-tácticas – un modo de formulación de políticas que fue puesto a prueba una semana antes en Siria y que podría conducir a una catástrofe si se intenta aplicarlo en, por ejemplo, la península coreana.