ACRA – África está en la cúspide de una profunda transformación económica. El auge demográfico en los países subsaharianos que, según se espera, incrementará el número de africanos de los 1.400 millones actuales a 3.300 millones en 2075, tiene el potencial de desencadenar un rápido crecimiento del PIB y elevar el nivel de vida en todo el continente.
Mi país, Ghana, aspira a estar a la vanguardia de esta evolución. Pero nuestra capacidad para capitalizar el dividendo demográfico depende de un factor crítico: la salud de nuestros ciudadanos. Por esta razón, estamos tratando de formar alianzas internacionales estratégicas que nos ayuden a mejorar los resultados sanitarios, estimular el crecimiento económico y ofrecer una prosperidad ampliamente compartida.
Esto plantea una cuestión fundamental: ¿qué aspecto tiene una alianza estratégica equitativa entre los países africanos y el Norte Global? Históricamente, la ayuda al desarrollo para proyectos sanitarios vitales en el mundo en desarrollo, aunque bienintencionada, ha sido a menudo descoordinada e insostenible, centrándose en las crisis a corto plazo en lugar de abordar los problemas sistémicos que las originan.
En las dos últimas décadas, los países africanos han ido sentando las bases para solventar sus sistemas sanitarios íntegramente con recursos nacionales. Las últimas tendencias sugieren que las alianzas entre los sectores público y privado son fundamentales para ampliar el acceso y lograr una verdadera autosuficiencia sanitaria.
Gavi, la Alianza para las Vacunas, es un buen ejemplo. Desde su fundación en 2000, esta asociación internacional ha ayudado a los países africanos a inmunizar a casi 500 millones de niños, reducir a la mitad las tasas de mortalidad entre los menores de cinco años y generar decenas de miles de millones de dólares en beneficios económicos al mejorar los resultados educativos, impulsar la productividad y reducir drásticamente los costos de la atención médica.
Estos efectos positivos en la salud y desempeño económico de los países africanos son sólo el punto de partida. Un crecimiento sostenible e inclusivo de los ingresos podría permitir a países como Ghana diversificar sus economías y fomentar sociedades más estables. También podría ayudarnos a retener el talento, en tanto más personas decidan construir su futuro aquí en lugar de buscar oportunidades económicas en el extranjero. Asimismo, una África próspera beneficiaría a nuestros socios comerciales, contribuyendo así a una economía mundial más fuerte y resiliente.
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Los beneficios inmediatos de las alianzas sanitarias estratégicas son evidentes. La rápida adquisición y despliegue de vacunas contra la viruela del mono en los dos últimos meses demuestra que se han aprendido las lecciones clave de la pandemia del COVID-19, ya que los nuevos mecanismos de financiación de emergencia -establecidos gracias a los esfuerzos de todo el continente y respaldados por los socios internacionales- han impulsado la equidad en materia de vacunas y han reforzado la seguridad sanitaria.
De cara al futuro, las nuevas iniciativas para ampliar la fabricación nacional de vacunas crean una oportunidad inestimable para satisfacer la creciente demanda de África y lograr la soberanía en materia de vacunas. Aunque las asociaciones internacionales son esenciales para fomentar el crecimiento a largo plazo, nuestro objetivo final sigue siendo la autosuficiencia. En 2023, los gobiernos africanos aportaron más de 200 millones de dólares a los programas de inmunización de Gavi -un hito histórico-. Ahora que el Sur Global aporta el 40% de la financiación para las actividades rutinarias de Gavi, muchos países, entre ellos Ghana, están en vías de financiar sus esfuerzos de inmunización de forma independiente para finales de esta década.
Pero para que África alcance la plena soberanía en materia de vacunas, Gavi debe conseguir al menos 9.000 millones de dólares para los próximos cinco años. La importancia de este apoyo es evidente en Ghana, donde nuestra asociación con Gavi ha revigorizado la lucha contra la malaria -una plaga de larga data- y pronto ayudará a proteger a las mujeres jóvenes del cáncer de cuello uterino por primera vez, ampliando el acceso a la vacuna contra el VPH.
Uno de los puntos fuertes del modelo de Gavi es su capacidad para aprovechar y ampliar las innovaciones del sector privado, permitiéndoles a los gobiernos del Sur Global vacunar a más niños, proporcionar atención sanitaria de calidad y reducir costos. En Ghana, el apoyo financiero y logístico de Gavi nos ha ayudado a integrar en nuestro sistema de salud avances tecnológicos como el mantenimiento de registros digitales, la energía solar, la distribución mediante drones y la identificación biométrica infantil.
Mi mensaje a los donantes de Gavi es simple: como socios, hemos logrado un progreso notable juntos. Dar un paso atrás ahora pondría en peligro los logros que tanto nos ha costado conseguir. Un futuro más saludable, más seguro, más próspero y más equitativo para todos está a nuestro alcance. Si profundizamos nuestra colaboración, podemos lograrlo.
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US President Donald Trump’s import tariffs have triggered a wave of retaliatory measures, setting off a trade war with key partners and raising fears of a global downturn. But while Trump’s protectionism and erratic policy shifts could have far-reaching implications, the greatest victim is likely to be the United States itself.
warns that the new administration’s protectionism resembles the strategy many developing countries once tried.
It took a pandemic and the threat of war to get Germany to dispense with the two taboos – against debt and monetary financing of budgets – that have strangled its governments for decades. Now, it must join the rest of Europe in offering a positive vision of self-sufficiency and an “anti-fascist economic policy.”
welcomes the apparent departure from two policy taboos that have strangled the country's investment.
ACRA – África está en la cúspide de una profunda transformación económica. El auge demográfico en los países subsaharianos que, según se espera, incrementará el número de africanos de los 1.400 millones actuales a 3.300 millones en 2075, tiene el potencial de desencadenar un rápido crecimiento del PIB y elevar el nivel de vida en todo el continente.
Mi país, Ghana, aspira a estar a la vanguardia de esta evolución. Pero nuestra capacidad para capitalizar el dividendo demográfico depende de un factor crítico: la salud de nuestros ciudadanos. Por esta razón, estamos tratando de formar alianzas internacionales estratégicas que nos ayuden a mejorar los resultados sanitarios, estimular el crecimiento económico y ofrecer una prosperidad ampliamente compartida.
Esto plantea una cuestión fundamental: ¿qué aspecto tiene una alianza estratégica equitativa entre los países africanos y el Norte Global? Históricamente, la ayuda al desarrollo para proyectos sanitarios vitales en el mundo en desarrollo, aunque bienintencionada, ha sido a menudo descoordinada e insostenible, centrándose en las crisis a corto plazo en lugar de abordar los problemas sistémicos que las originan.
En las dos últimas décadas, los países africanos han ido sentando las bases para solventar sus sistemas sanitarios íntegramente con recursos nacionales. Las últimas tendencias sugieren que las alianzas entre los sectores público y privado son fundamentales para ampliar el acceso y lograr una verdadera autosuficiencia sanitaria.
Gavi, la Alianza para las Vacunas, es un buen ejemplo. Desde su fundación en 2000, esta asociación internacional ha ayudado a los países africanos a inmunizar a casi 500 millones de niños, reducir a la mitad las tasas de mortalidad entre los menores de cinco años y generar decenas de miles de millones de dólares en beneficios económicos al mejorar los resultados educativos, impulsar la productividad y reducir drásticamente los costos de la atención médica.
Estos efectos positivos en la salud y desempeño económico de los países africanos son sólo el punto de partida. Un crecimiento sostenible e inclusivo de los ingresos podría permitir a países como Ghana diversificar sus economías y fomentar sociedades más estables. También podría ayudarnos a retener el talento, en tanto más personas decidan construir su futuro aquí en lugar de buscar oportunidades económicas en el extranjero. Asimismo, una África próspera beneficiaría a nuestros socios comerciales, contribuyendo así a una economía mundial más fuerte y resiliente.
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De cara al futuro, las nuevas iniciativas para ampliar la fabricación nacional de vacunas crean una oportunidad inestimable para satisfacer la creciente demanda de África y lograr la soberanía en materia de vacunas. Aunque las asociaciones internacionales son esenciales para fomentar el crecimiento a largo plazo, nuestro objetivo final sigue siendo la autosuficiencia. En 2023, los gobiernos africanos aportaron más de 200 millones de dólares a los programas de inmunización de Gavi -un hito histórico-. Ahora que el Sur Global aporta el 40% de la financiación para las actividades rutinarias de Gavi, muchos países, entre ellos Ghana, están en vías de financiar sus esfuerzos de inmunización de forma independiente para finales de esta década.
Pero para que África alcance la plena soberanía en materia de vacunas, Gavi debe conseguir al menos 9.000 millones de dólares para los próximos cinco años. La importancia de este apoyo es evidente en Ghana, donde nuestra asociación con Gavi ha revigorizado la lucha contra la malaria -una plaga de larga data- y pronto ayudará a proteger a las mujeres jóvenes del cáncer de cuello uterino por primera vez, ampliando el acceso a la vacuna contra el VPH.
Uno de los puntos fuertes del modelo de Gavi es su capacidad para aprovechar y ampliar las innovaciones del sector privado, permitiéndoles a los gobiernos del Sur Global vacunar a más niños, proporcionar atención sanitaria de calidad y reducir costos. En Ghana, el apoyo financiero y logístico de Gavi nos ha ayudado a integrar en nuestro sistema de salud avances tecnológicos como el mantenimiento de registros digitales, la energía solar, la distribución mediante drones y la identificación biométrica infantil.
Mi mensaje a los donantes de Gavi es simple: como socios, hemos logrado un progreso notable juntos. Dar un paso atrás ahora pondría en peligro los logros que tanto nos ha costado conseguir. Un futuro más saludable, más seguro, más próspero y más equitativo para todos está a nuestro alcance. Si profundizamos nuestra colaboración, podemos lograrlo.