SAN FRANCISCO – Hace años que la falta de aumento de la productividad en Estados Unidos y otras economías avanzadas es uno de los grandes enigmas de la economía. Los economistas han propuesto una variedad de explicaciones, entre ellas errores de medición, “estancamiento secular” o que las últimas innovaciones tecnológicas no son tan productivas.
Pero tal vez la solución al enigma esté en comprender las interacciones económicas, en vez de buscar una única causa. Y puede que en ese sentido por fin estemos comprendiendo las razones de esta desaceleración.
Tras un examen del decenio que siguió a la crisis financiera de 2008 (un período que se destaca por un marcado deterioro del incremento de la productividad en muchas economías avanzadas), hemos identificado tres aspectos sobresalientes: un crecimiento históricamente bajo de la intensidad de uso del capital; la digitalización; y una débil recuperación de la demanda. Combinados, ayudan a explicar por qué el aumento anual de la productividad se redujo un 80%, en promedio, entre 2010 y 2014, llegando a 0,5% desde el 2,4% de la década anterior.
SAN FRANCISCO – Hace años que la falta de aumento de la productividad en Estados Unidos y otras economías avanzadas es uno de los grandes enigmas de la economía. Los economistas han propuesto una variedad de explicaciones, entre ellas errores de medición, “estancamiento secular” o que las últimas innovaciones tecnológicas no son tan productivas.
Pero tal vez la solución al enigma esté en comprender las interacciones económicas, en vez de buscar una única causa. Y puede que en ese sentido por fin estemos comprendiendo las razones de esta desaceleración.
Tras un examen del decenio que siguió a la crisis financiera de 2008 (un período que se destaca por un marcado deterioro del incremento de la productividad en muchas economías avanzadas), hemos identificado tres aspectos sobresalientes: un crecimiento históricamente bajo de la intensidad de uso del capital; la digitalización; y una débil recuperación de la demanda. Combinados, ayudan a explicar por qué el aumento anual de la productividad se redujo un 80%, en promedio, entre 2010 y 2014, llegando a 0,5% desde el 2,4% de la década anterior.