perincek1_RODGER BOSCHAFP via Getty Images_africarareearthmine Rodger Bosch/AFP via Getty Images

Garantizar el suministro de minerales críticos de Europa

BRUSELAS/ERFURT – El plan de la Unión Europea para alcanzar emisiones cero netas de aquí a 2050 tiene un talón de Aquiles: la UE depende de fuentes externas -en particular, empresas chinas- para el 70-90% de la enorme cantidad de materias primas críticas necesarias para fabricar turbinas eólicas, células solares, baterías y otras tecnologías verdes. Esta dependencia plantea un grave riesgo: la reciente prohibición por parte de China de las exportaciones de galio, germanio, antimonio y otros materiales de doble uso a Estados Unidos sugiere que podría tomar medidas similares contra Europa, especialmente a la luz de los aranceles de la UE a los vehículos eléctricos chinos.

La nueva Comisión Europea ha dado prioridad en su agenda, con razón, a las materias primas críticas. Afortunadamente, no partirá de cero. El año pasado, la UE adoptó la Ley de Materias Primas Críticas (CRMA por su sigla en inglés) que exige que el bloque extraiga el 10%, procese el 40% y recicle el 25% de lo que consume anualmente de aquí a 2030, y limita la cuota de cualquier proveedor externo al 65%. Para cumplir con los objetivos de la CRMA, la Comisión debe centrarse en coordinar la financiación, emprender una diplomacia de recursos con África y establecer asociaciones de materiales secundarios.

La minería es una industria intensiva en capital, y las actividades iniciales en el extranjero requieren apoyo público tanto en términos de capital como de deuda. La CRMA prevé movilizar financiación de diversas fuentes, entre ellas la iniciativa Global Gateway de la UE y el Banco Europeo de Inversiones. Algunos estados miembro también han creado sus propios fondos nacionales. Alemania puso en marcha un fondo de 1.000 millones de euros (1.040 millones de dólares) para materias primas, mientras que Italia introdujo un fondo “Hecho en Italia” de 1.000 millones de euros para minerales críticos, y Francia dedicó 500 millones de euros de su plan de inversión 2030 a mejorar la resiliencia de la industria nacional a las alteraciones de la cadena de suministro de metales.

Sin embargo, aunque existen varias fuentes de financiación pública, el panorama de la financiación está disperso y no está bien alineado, lo que crea confusión. Asimismo, no existen normas explícitas que regulen el modo en que el Consejo de Materias Primas Críticas, creado para apoyar la implementación de la CRMA, califica los proyectos como “estratégicos” y, por ende, elegibles para recibir fondos de la UE. La Comisión Europea puede abordar estas cuestiones racionalizando las líneas de financiación existentes, lo que garantizaría que la financiación nacional y la de la UE funcionen en tándem para lograr los mejores resultados y escala, y estableciendo plazos para la toma de decisiones, lo que aportaría claridad a la inversión empresarial en activos upstream, midstream y downstream.

La CRMA también debe establecer asociaciones con países ricos en recursos que ofrezcan resultados rápidos y tangibles. Será especialmente importante reforzar los lazos con los países africanos, que poseen alrededor del 30% de los recursos minerales del mundo. Pero, en comparación con otras regiones, la inversión en exploración minera en el continente sigue siendo baja, y China financia la mayor parte. La diplomacia de recursos de la UE debe centrarse en reducir las barreras a la inversión y ayudar a los socios africanos a dedicarse a actividades de mayor valor agregado, como el procesamiento downstream, y a invertir en la modernización industrial.

AfricaMaVal, un proyecto financiado por la UE que fomenta las asociaciones sostenibles y la minería responsable en el continente, debería convertirse en un vehículo para poner en contacto a las empresas europeas y africanas y abordar las necesidades de extracción. Basándose en evaluaciones exhaustivas de las perspectivas mineras en toda África, y teniendo en cuenta las capacidades STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) de la mano de obra local, AfricaMaVal puede identificar nuevas oportunidades de negocios a lo largo de la cadena de valor. Esto podría convertirse en una plataforma de inversión conjunta para la producción sostenible de materias primas críticas. La Comisión Europea haría así lo que mejor sabe hacer: catalizar la inversión privada hacia sus objetivos políticos que, en este caso, son la construcción de la infraestructura y los sistemas de energía limpia necesarios para futuros proyectos mineros.

Winter Sale: Save 40% on a new PS subscription
PS_Sales_Winter_1333x1000 AI

Winter Sale: Save 40% on a new PS subscription

At a time of escalating global turmoil, there is an urgent need for incisive, informed analysis of the issues and questions driving the news – just what PS has always provided.

Subscribe to Digital or Digital Plus now to secure your discount.

Subscribe Now

Por último, la Comisión debería abordar el principal punto ciego de la CRMA: la falta de materia prima nacional para cumplir sus objetivos de reciclaje. La competencia mundial por los materiales secundarios ya es intensa, como demuestran los crecientes esfuerzos de las empresas por conseguir suficiente chatarra de acero. Los índices de reciclado -la proporción de la demanda total- son de apenas el 3% en el caso de los elementos ligeros de tierras raras y de cero en el del litio para baterías. La creación de asociaciones sobre materiales secundarios con las economías emergentes, cuyos mercados de teléfonos móviles, computadoras portátiles y otros electrodomésticos crecen rápidamente, impulsaría el suministro de materias primas críticas recicladas en la UE, sobre todo de elementos de tierras raras. La atención debería centrarse en optimizar la cadena de valor del reciclado brindando financiación y ayuda para el desarrollo de capacidades en los sistemas de clasificación y recogida de residuos de los países socios, creando resultados económicos y ambientales mutuamente beneficiosos.

La UE se enfrenta a una ardua batalla para obtener y producir las materias primas fundamentales que definirán su futuro. Y aunque la CRMA no es una solución fácil para la dependencia de las importaciones, puede fortalecer la capacidad de recuperación de la cadena de suministro, contribuir a la soberanía de la UE e impulsar la seguridad económica de Europa -en otras palabras, impulsar la competitividad industrial del bloque en un contexto geopolítico cada vez más adverso-. Pero para aprovechar todo el potencial de la CRMA, la Comisión debe adaptarla para cumplir su propósito.

https://prosyn.org/FYae7f3es