dugger3_GettyImages_dollarbillnegativestocknumbers Getty Images

Inevitabilidades monetarias modernas

ALEXANDRIA, VIRGINIA – En un comentario reciente para Project Syndicate, James K. Galbraith (de la Universidad de Texas en Austin) defiende la Teoría Monetaria Moderna y corrige algunos malentendidos sobre la relación entre la TMM, el déficit federal de los Estados Unidos y la independencia del banco central. Pero no explora la cuestión quizá más importante de todas: las condiciones políticas necesarias para implementarla en forma eficaz.

La TMM debe su renovada relevancia al hecho de que la deflación (más que la inflación) está empezando a ser la principal preocupación de los bancos centrales. La deflación es una amenaza particularmente seria para una economía con altos niveles de deuda y déficit, como Estados Unidos, porque demora el consumo y genera inquietud en los deudores: los consumidores renuncian a compras importantes, a la espera de precios más baratos en el futuro, y los deudores hipotecarios limitan el gasto, al ver cómo se reduce el precio de las casas y con él, su patrimonio. Estos recortes son causa de preocupación para la Reserva Federal, porque se suman a las presiones deflacionarias y pueden provocar todavía más reducción del gasto, caídas bursátiles y desapalancamiento a gran escala.

La incapacidad de la Fed hasta ahora para alcanzar su meta del 2% de inflación anual hace pensar que carece de medios para superar fuerzas desinflacionarias persistentes en la economía, entre ellas: aumento de la concentración de mercado en Estados Unidos, que disminuye la demanda agregada al debilitar el poder de negociación de los trabajadores y aumentar la desigualdad de ingresos; envejecimiento poblacional; falta de inversión suficiente en infraestructura y en reducción del cambio climático; y reemplazo de mano de obra por tecnología. Para colmo de males, la parálisis política en Estados Unidos es garantía de que se insistirá en estrategias económicamente agotadas, como la rebaja de impuestos a los ricos, en detrimento de la inversión en educación y otras fuentes de crecimiento a largo plazo. Estas condiciones exigen con urgencia cambios significativos en la política fiscal y tributaria estadounidense.

https://prosyn.org/3nBjh5Ues