sinn91_Sean GallupGetty Images_germanhealthministerangelamerkelcoronavirus Sean Gallup/Getty Images

El mundo está en guerra

MÚNICH – La lucha contra el COVID-19 es una guerra declarada. China parece haber ganado la primera batalla. Hong Kong, Taiwán, Singapur y Japón también se han apuntado triunfos visibles a la hora de mitigar el brote, sin duda debido a sus experiencias con la epidemia del SARS de 2003. Europa y Estados Unidos, en cambio, recién están despertando de sus ilusiones de invulnerabilidad. Como resultado de ello, la epidemia hoy está haciendo estragos en todo Occidente.

El país occidental más afectado hasta el momento es Italia, que tiene lazos económicos particularmente fuertes con China. El norte de Italia hoy es la nueva Wuhan (la megaciudad china donde estalló por primera vez el coronavirus). Con su sistema de salud colapsado, el gobierno italiano ha apretado el freno, cerrado la economía minorista y puesto en cuarentena a todo el país. Todos los negocios excepto las farmacias y las tiendas de alimentos están cerrados. La gente ha recibido instrucciones de quedarse en casa y pueden entrar a lugares públicos sólo para las compras necesarias o para trasladarse al trabajo. Muchas obligaciones de deuda pública y privada (como los alquileres de vivienda y pagos de intereses) se han suspendido. Italia está intentando desacelerar el reloj económico hasta que el coronavirus se muera.

Mientras tanto, aunque Alemania ha tenido muy pocas muertes por coronavirus hasta el momento, la cantidad de infecciones hoy se está disparando a la misma velocidad que en cualquier otra parte. En respuesta a la crisis, el gobierno alemán ha introducido un subsidio laboral temporario y ha sido generoso a la hora de otorgar asistencia crediticia, garantías o moratorias impositivas a las compañías en dificultades. Los eventos públicos en todo el país se han cancelado. A los niños se les ha dicho que se quedaran en casa. Austria, por su parte, hace mucho tiempo que ha cerrado su frontera con Italia. Las escuelas, universidades y la mayoría de los negocios austríacos también han cerrado. En un principio, Francia tuvo una actitud más relajada, pero ahora ha cerrado sus escuelas, restaurantes y negocios, al igual que España. Dinamarca, Polonia y la República Checa han cerrado sus fronteras con Alemania.

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