LONDRES – La inteligencia artificial (IA) está en todas partes, generando entusiasmo sobre cómo podría aumentar la prosperidad y transformar nuestras vidas de múltiples maneras. Pero la tecnología también tiene efectos disruptivos. Por ello, las autoridades y las empresas deben tratar de aprovechar todo el valor que la IA tiene que ofrecer, al tiempo que evitan los riesgos de sus desventajas.
LONDRES – La inteligencia artificial (IA) está en todas partes, generando entusiasmo sobre cómo podría aumentar la prosperidad y transformar nuestras vidas de múltiples maneras. Pero la tecnología también tiene efectos disruptivos. Por ello, las autoridades y las empresas deben tratar de aprovechar todo el valor que la IA tiene que ofrecer, al tiempo que evitan los riesgos de sus desventajas.