tirole1_Leon Neal_Getty Images_Google eye Leon Neal/Getty Images

La regulación de los agentes disruptivos

TOULOUSE – Las grandes empresas tecnológicas –como Apple, Amazon, Facebook y Google– se propusieron explícitamente alterar gran parte del statu quo industrial y social del mundo. Tuvieron (sospecho) mucho más éxito del que jamás soñaron, y probablemente más de lo que algunos de sus fundadores hubieran deseado, en vista de los efectos nocivos que las redes sociales han tenido en las elecciones democráticas.

En vista de la escala y el alcance del impacto de estas empresas en nuestras sociedades, no sorprende que inspiren a la vez esperanza y temor en la conciencia pública. Pero hay algo claro: el acceso a la economía moderna hoy está controlado por un puñado de empresas tecnológicas.

La gran concentración de los modernos mercados digitales es indiscutible: en la mayoría de los casos, en un mercado dado hay una sola empresa dominante. No tiene nada de anormal: los usuarios tienden a congregarse en una o dos plataformas, según el servicio. Pero aun así, hay razones legítimas para preguntarnos si la competencia estará funcionando como es debido.

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