ROMA – Los últimos tres años, la Unión Europea se enfrentó al imperativo de llevar calma a los mercados y sentar las bases de una recuperación sostenida, lo que la obligó a concentrarse sobre todo en la estabilidad financiera y en reducir la deuda y el déficit fiscal. Ahora que las tensiones financieras disminuyeron y resurge la confianza, la dirigencia europea debería poner otra vez su atención a partir de 2014 en la economía real y la base industrial. Un buen lugar para comenzar a hacerlo sería la reunión del Consejo Europeo de Ministros, que tendrá lugar en febrero.
ROMA – Los últimos tres años, la Unión Europea se enfrentó al imperativo de llevar calma a los mercados y sentar las bases de una recuperación sostenida, lo que la obligó a concentrarse sobre todo en la estabilidad financiera y en reducir la deuda y el déficit fiscal. Ahora que las tensiones financieras disminuyeron y resurge la confianza, la dirigencia europea debería poner otra vez su atención a partir de 2014 en la economía real y la base industrial. Un buen lugar para comenzar a hacerlo sería la reunión del Consejo Europeo de Ministros, que tendrá lugar en febrero.