deaton18_WinMcNamee_GettyImages Win McNamee/Getty Images

El progreso en peligro

PRINCETON – Han pasado diez años desde que escribí El gran escape, un libro que narra las mejoras que ha tenido la vida de los seres humanos en los últimos dos siglos y medio, sobre todo en términos de longevidad y nivel de vida material. Pero ese decenio no ha tratado bien a mi relato mayoritariamente positivo. Mi observación de que «hoy la vida es mejor que en cualquier otro momento de la historia» puede haber sido acertada en 2013, pero es probable que ya no lo sea, incluso para una persona típica. La pregunta es si será un retroceso transitorio o el inicio de algo peor. ¿Habrá que reescribir el relato básico a la luz de los acontecimientos recientes?

Es muy fácil pensar solamente en las amenazas actuales, sin prestar atención al pasado y desestimando las fuerzas que a largo plazo se han impuesto incluso frente a terribles reveses. Pero no debemos olvidar que contamos con un enorme acervo de conocimiento útil, más que lo que haya tenido cualquiera de nuestros predecesores. Aunque no nos servirá para resolver cada problema urgente, tampoco es algo que se pierda u olvide fácilmente.

También debemos recordar el cómo y el porqué de las mejoras del pasado; de qué manera el deseo de eludir la pobreza, la enfermedad y la muerte trajo consigo avances sostenidos. Las soluciones no fueron casi nunca inmediatas, pero desde la Ilustración, el triunfo de la razón sobre la obediencia acrítica y el dogma produjo respuestas cada vez más fiables a un sinfín de preguntas, viejas y nuevas. Sólo por dar un ejemplo notable, la teoría microbiana de la enfermedad proveyó a la humanidad uno de los conocimientos más útiles que jamás se hayan descubierto.

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