khrushcheva135_taney roberts Left: Universal History Archive/Universal Images Group via Getty Images. Right: Alex Wong/Getty Images.

Desorden desde las Cortes

MOSCÚ – En el notorio caso de Dred Scott v. Sandford de 1857, el magistrado Roger Taney, que presidía la Corte Suprema estadounidense de Justicia, sentenció que los afroamericanos no podían ser ciudadanos de los Estados Unidos y que el Acuerdo de Missouri de 1820, que había creado un equilibrio (ciertamente precario) entre estados esclavistas y estados libres, era inconstitucional. Muchos la consideran como la chispa que encendió la Guerra Civil Estadounidense. La Corte Suprema de ese país parece no haber aprendido de sus errores.

No siempre fue obvio el poder de la corte para poner cabeza abajo la política. En 1832, cuando el Presidente del poder judicial estadounidense John Marshall sentenció que las leyes promulgadas en Georgia para permitir el despojo de las tierras de los Cherokee violaban los tratados federales, se dice que la reacción del Presidente Andrew Jackson fue “John Marshall tomó su decisión, ahora dejemos que la haga efectiva”. De hecho, puede que Jackson no haya dicho eso, pero el estado de Georgia sí procedió a hacer caso omiso de la sentencia.

Y, sin embargo, es probable que los jueces hayan hecho tanto como cualquier banda de revolucionarios por alterar los sistemas políticos, socavando en lugar de promover la causa de la justicia. El encarcelamiento en 1894 del Capitán Alfred Dreyfus por falsas acusaciones de espionaje dividió a Francia por una generación, debilitando fatalmente al país en los años previos a la Primera Guerra Mundial (en la cual Dreyfus también lucho tras ser absuelto).

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