

From semiconductors to electric vehicles, governments are identifying the strategic industries of the future and intervening to support them – abandoning decades of neoliberal orthodoxy in the process. Are industrial policies the key to tackling twenty-first-century economic challenges or a recipe for market distortions and lower efficiency?
NUEVA YORK – A pesar de los índices favorables, es demasiado pronto para decir si se logró o no controlar la inflación. De todos modos, el alza reciente de los precios nos dejó dos lecciones claras.
En primer lugar, los modelos estándar de los economistas -especialmente el que predomina, que supone que la economía siempre está en equilibrio- resultaron decididamente inútiles. Y, en segundo lugar, el argumento de quienes aseguraban con total confianza que llevaría cinco años de sufrimiento erradicar la inflación del sistema ya ha sido refutado. La inflación ha caído drásticamente: el índice de precios al consumidor ajustado estacionalmente, en diciembre de 2022, estuvo apenas un 1% por encima del de junio.
Hay pruebas contundentes de que la principal causa de inflación fueron los shocks de oferta relacionados con la pandemia y los cambios en el patrón de demanda, no un exceso de demanda agregada y, con certeza, tampoco una demanda adicional generada por el gasto de la pandemia. Cualquiera que tenga fe en la economía de mercado sabía que los problemas de la oferta terminarían resolviéndose; pero no había modo de que alguien supiera cuándo.
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