haseltine1_Chip SomodevillaGetty Images_randpaul Chip Somodevilla/Getty Images

Por qué EE. UU. pierde contra la COVID-19

NUEVA YORK – El comportamiento del senador de Kentucky Rand Paul durante las dos últimas semanas es exactamente en lo que se equivoca la respuesta estadounidense a la COVID-19. Paul tiene problemas en un pulmón, por lo que decidió someterse, por abundancia de precaución, a un análisis para detectar si tenía la enfermedad. Desde el momento del análisis hasta que se confirmó su resultado positivo, seis días más tarde, Paul no hizo nada para proteger a quienes estaban a su alrededor. Por el contrario, se reunió con otros senadores, emitió su voto en el recinto del Senado, jugó una ronda de golf en un club privado y hasta logró incluir unos pocos largos en la piscina del Senado.

En los países que han contenido el brote del coronavirus, un comportamiento tan irresponsable es tolerado y podría incluso haber llevado a Paul a la cárcel. Como médico (oftalmólogo) él, más que nadie, debió haber sabido que si estaba tan preocupado por la COVID-19 como para hacerse un análisis, debió haberse preocupado en igual medida por el riesgo que representaba para otros.

Contener la transmisión de cualquier patógeno infeccioso —especialmente uno tan contagioso como la COVID-19— requiere acciones agresivas. Las medidas defensivas como el cierre de empresas o el distanciamiento social solo son eficaces cuando se las combina con esfuerzos rigurosos y sistemáticos para anticiparse a la difusión de la enfermedad.

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