MOGADISCIO – Somalia ha sido bendecida con la línea costera más larga de África continental. Nuestros mares, que se cuentan entre los más productivos del mundo, rebosan de cardúmenes de atunes, marlines, dorados y sardinas. Pero por más de 30 años, esta abundante vida marina ha sido causa y elemento de conflicto, al atraer desde el extranjero buques de pesca ilegales, no declarados y no regulados (INDNR) que saquean nuestras aguas, roban nuestros peces y venden el producto en puertos distantes.
Hace muy pocos años, la invasión de esos buques provocó en Somalia una ola de piratería que le costó a la industria naviera internacional pérdidas por miles de millones de dólares. Cuando los pescadores ilegales huyeron de nuestros mares, los piratas somalíes desviaron su atención a otras naves más lucrativas (por ejemplo, cargueros y petroleros). Pero ahora que la piratería está casi eliminada, los buques de pesca ilegales han vuelto a saquear nuestras aguas, de lo que hay pruebas cada vez más contundentes.
Un nuevo informe de la organización Secure Fisheries, titulado Securing Somali Fisheries [Protección de las pesquerías somalíes], revela nuevos datos satelitales que muestran que los buques INDNR extranjeros ya capturan tres veces más peces que los somalíes. Los ilegales se concentran en los peces más valiosos de nuestros mares y obligan a los pescadores somalíes a competir por otras especies de menor valor.
Para colmo de males, el informe muestra que las flotas extranjeras contribuyeron a la sobreexplotación de nuestras poblaciones de pez espada, pargo, marlín y tiburón. Nuestros bancos de peces han sido devastados impunemente por buques extranjeros dedicados a la pesca de arrastre en profundidad, que destruyeron el lecho marino con sus pesadas redes y provocaron daños a un área de nada menos que 120 000 kilómetros cuadrados (46 000 millas cuadradas) de importante hábitat marino. El daño es tan grande que incluso si se pusiera fin ya mismo a la pesca de arrastre, la recuperación del área llevaría muchos años.
Este pillaje de nuestro ecosistema marino continúa, a pesar de los grandes avances hechos por Somalia en los últimos 18 meses en la mejora de la gestión de nuestras aguas. En junio de 2014, y de conformidad con la Convención de Derecho Marítimo de las Naciones Unidas, mi gobierno declaró una zona económica exclusiva (ZEE) de 200 millas náuticas alrededor de Somalia. El pasado diciembre también aprobamos una ley de pesquerías que prohíbe expresamente la pesca de arrastre. Esta novedosa legislación reclama una mejor fiscalización de los desembarques de pescado, una gestión holística de las pesquerías basada en la noción de ecosistema y la protección de las especies amenazadas y en peligro.
Pero a pesar de nuestros avances en mejorar la gestión de pesquerías en el nivel local, no tenemos medios para vigilar nuestros vastos mares. En esto la comunidad internacional puede hacer un importante aporte: ayudar a mi gobierno a fiscalizar y controlar la ZEE somalí y facilitar el acceso a datos de inteligencia cruciales reunidos por patrullas navales internacionales.
Según el informe de Secure Fisheries, si hoy se eliminara la pesca INDNR en Somalia, nuestro país podría empezar a vender licencias para la pesca sostenible del atún y obtener hasta 17 millones de dólares anuales de ingresos. Estos fondos podrían luego reinvertirse en una mejora de infraestructuras (por ejemplo, construir puertos, mejorar el almacenamiento en frío y modernizar las plantas de procesamiento) que beneficiaría a nuestras flotas de pesca artesanales e industriales.
La eliminación de la pesca INDNR también daría tiempo a las poblaciones de peces para recuperarse y ayudaría a crear una próspera industria pesquera local, junto con más apoyo y financiación del Estado para la recolección de datos y la gestión de recursos. El informe muestra que la pesca sostenible puede aumentar considerablemente la disponibilidad de recursos. De hecho, hoy casi la mitad de nuestras pesquerías administradas se explotan en niveles sostenibles. Pero para hacer realidad todo el potencial de nuestra industria, necesitamos invertir más en la mejora de infraestructuras.
No podemos permitir que las aguas somalíes sigan a merced de flotas extranjeras que vienen de muy lejos a explotar el ecosistema en forma insostenible. Pido la ayuda de la comunidad internacional a mi gobierno para poner fin de una vez y para siempre a la pesca ilegal, no declarada y no regulada en aguas somalíes.
Hacerlo mejorará la seguridad marítima y fomentará la creación de una industria pesquera local dinámica y sostenible, que beneficiará a todos los somalíes, contribuirá a su sostén económico y nos ayudará a crear una Somalia más estable y próspera. Por el enorme potencial de nuestro país y su ubicación estratégica, colaborar en esto redunda en interés de todos.
Traducción: Esteban Flamini
MOGADISCIO – Somalia ha sido bendecida con la línea costera más larga de África continental. Nuestros mares, que se cuentan entre los más productivos del mundo, rebosan de cardúmenes de atunes, marlines, dorados y sardinas. Pero por más de 30 años, esta abundante vida marina ha sido causa y elemento de conflicto, al atraer desde el extranjero buques de pesca ilegales, no declarados y no regulados (INDNR) que saquean nuestras aguas, roban nuestros peces y venden el producto en puertos distantes.
Hace muy pocos años, la invasión de esos buques provocó en Somalia una ola de piratería que le costó a la industria naviera internacional pérdidas por miles de millones de dólares. Cuando los pescadores ilegales huyeron de nuestros mares, los piratas somalíes desviaron su atención a otras naves más lucrativas (por ejemplo, cargueros y petroleros). Pero ahora que la piratería está casi eliminada, los buques de pesca ilegales han vuelto a saquear nuestras aguas, de lo que hay pruebas cada vez más contundentes.
Un nuevo informe de la organización Secure Fisheries, titulado Securing Somali Fisheries [Protección de las pesquerías somalíes], revela nuevos datos satelitales que muestran que los buques INDNR extranjeros ya capturan tres veces más peces que los somalíes. Los ilegales se concentran en los peces más valiosos de nuestros mares y obligan a los pescadores somalíes a competir por otras especies de menor valor.
Para colmo de males, el informe muestra que las flotas extranjeras contribuyeron a la sobreexplotación de nuestras poblaciones de pez espada, pargo, marlín y tiburón. Nuestros bancos de peces han sido devastados impunemente por buques extranjeros dedicados a la pesca de arrastre en profundidad, que destruyeron el lecho marino con sus pesadas redes y provocaron daños a un área de nada menos que 120 000 kilómetros cuadrados (46 000 millas cuadradas) de importante hábitat marino. El daño es tan grande que incluso si se pusiera fin ya mismo a la pesca de arrastre, la recuperación del área llevaría muchos años.
Este pillaje de nuestro ecosistema marino continúa, a pesar de los grandes avances hechos por Somalia en los últimos 18 meses en la mejora de la gestión de nuestras aguas. En junio de 2014, y de conformidad con la Convención de Derecho Marítimo de las Naciones Unidas, mi gobierno declaró una zona económica exclusiva (ZEE) de 200 millas náuticas alrededor de Somalia. El pasado diciembre también aprobamos una ley de pesquerías que prohíbe expresamente la pesca de arrastre. Esta novedosa legislación reclama una mejor fiscalización de los desembarques de pescado, una gestión holística de las pesquerías basada en la noción de ecosistema y la protección de las especies amenazadas y en peligro.
Pero a pesar de nuestros avances en mejorar la gestión de pesquerías en el nivel local, no tenemos medios para vigilar nuestros vastos mares. En esto la comunidad internacional puede hacer un importante aporte: ayudar a mi gobierno a fiscalizar y controlar la ZEE somalí y facilitar el acceso a datos de inteligencia cruciales reunidos por patrullas navales internacionales.
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Según el informe de Secure Fisheries, si hoy se eliminara la pesca INDNR en Somalia, nuestro país podría empezar a vender licencias para la pesca sostenible del atún y obtener hasta 17 millones de dólares anuales de ingresos. Estos fondos podrían luego reinvertirse en una mejora de infraestructuras (por ejemplo, construir puertos, mejorar el almacenamiento en frío y modernizar las plantas de procesamiento) que beneficiaría a nuestras flotas de pesca artesanales e industriales.
La eliminación de la pesca INDNR también daría tiempo a las poblaciones de peces para recuperarse y ayudaría a crear una próspera industria pesquera local, junto con más apoyo y financiación del Estado para la recolección de datos y la gestión de recursos. El informe muestra que la pesca sostenible puede aumentar considerablemente la disponibilidad de recursos. De hecho, hoy casi la mitad de nuestras pesquerías administradas se explotan en niveles sostenibles. Pero para hacer realidad todo el potencial de nuestra industria, necesitamos invertir más en la mejora de infraestructuras.
No podemos permitir que las aguas somalíes sigan a merced de flotas extranjeras que vienen de muy lejos a explotar el ecosistema en forma insostenible. Pido la ayuda de la comunidad internacional a mi gobierno para poner fin de una vez y para siempre a la pesca ilegal, no declarada y no regulada en aguas somalíes.
Hacerlo mejorará la seguridad marítima y fomentará la creación de una industria pesquera local dinámica y sostenible, que beneficiará a todos los somalíes, contribuirá a su sostén económico y nos ayudará a crear una Somalia más estable y próspera. Por el enorme potencial de nuestro país y su ubicación estratégica, colaborar en esto redunda en interés de todos.
Traducción: Esteban Flamini