SAN PABLO (BRASIL) – La protección y conservación de los biomas, especialmente de los bosques tropicales, es fundamental para alcanzar los objetivos climáticos, especialmente en países con abundante cobertura forestal. Sin embargo, los últimos datos de monitoreo muestran una deforestación significativa en muchas de estas zonas, incluyendo entre ellas a las más extensas del planeta.
En octubre de 2021, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil reportó el nivel más alto de pérdida de bosques en la Amazonía que se haya registrado en ese mes desde que se inició el monitoreo hace cinco años. Y el problema no se limita a la Amazonía. El segundo bosque tropical más grande del mundo, la cuenca del río Congo, perdió entre los años 2001 y 2020 más de 15 millones de hectáreas, o en otras palabras, una extensión que representa el 8% de su cobertura original.
Permitir que los habitantes de estas regiones que cuentan con gran biodiversidad coexistan con su entorno es esencial para garantizar la supervivencia de los biomas forestales. Pero ganarse la vida en los bosques no es una tarea sencilla. Actividades como la minería y la tala son más lucrativas, al menos a corto plazo, en comparación con, por ejemplo, la gestión forestal, la agricultura sostenible y el ecoturismo.
Una encuesta reciente sobre la dinámica del uso de la tierra en la Amazonía brasileña realizada a lo largo de dos años ofrece algunas ideas sobre cómo los gobiernos y los actores no gubernamentales pueden promover la conservación de los bosques a nivel local. Para empezar, es fundamental comprender las necesidades y preocupaciones de los residentes. Las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en la Amazonía, por ejemplo, aprendieron que la estabilidad económica es una de las principales preocupaciones de los agricultores rurales. Con este conocimiento, las ONG introdujeron nuevas prácticas agrícolas basadas en algunos de los avances científicos más recientes. Esto permitió que actividades como la ganadería y la producción de café puedan coexistir con la recuperación de los bosques.
Los objetivos globales para promover la biodiversidad, como por ejemplo aquellos acordados en la reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), son fundamentales para crear conciencia sobre la pérdida de ecosistemas y garantizar la responsabilidad que se asume a nivel internacional. No obstante, gran parte del verdadero trabajo de conservación se debe realizar necesariamente a nivel local.
Otros programas implantados durante este periodo enseñaron a los pequeños agricultores rurales técnicas de gestión forestal y formas cómo replantar especies autóctonas. Los agentes de extensión que trabajan con las ONG proporcionaron asistencia técnica a los agricultores y establecieron unidades de demostración para ayudar a que los residentes comprendan los beneficios de los nuevos métodos. La promoción entusiasta de las técnicas y la evidencia sobre que dichas técnicas mejoran la producción fueron factores decisivos para alentar a que los agricultores locales las adopten y participen activamente en actividades forestales sostenibles.
At a time when democracy is under threat, there is an urgent need for incisive, informed analysis of the issues and questions driving the news – just what PS has always provided. Subscribe now and save $50 on a new subscription.
Subscribe Now
Además de introducir prácticas agrícolas respetuosas con los bosques, las organizaciones de la sociedad civil en la Amazonía trabajan con cooperativas de pequeños productores para integrar comunidades remotas en mercados más grandes. Estas redes permiten a los agricultores ganar dinero con los bosques, sin dañarlos. Pero esta infraestructura es frágil. Según los datos recopilados por Conexsus, los ingresos anuales que generaron para sus miembros las cooperativas sostenibles en la Amazonía brasileña en el año 2019 fueron inferiores a la mitad del salario mínimo de Brasil para dicho año. Tales bajos ingresos hacen que sea más difícil alejar a los agricultores de actividades que son más rentables, pero menos sostenibles.
Para adoptar la silvicultura sostenible, los residentes de las comunidades rurales deben verla como una fuente confiable de ingresos estables. Las instituciones gubernamentales podrían reducir la incertidumbre económica mediante la promulgación de leyes e incentivos.
Desafortunadamente, los cambios recientes en las políticas en realidad limitan la viabilidad de la silvicultura sostenible en Brasil. El debilitamiento gradual de los organismos nacionales responsables del control y monitoreo del uso de la tierra es una de las principales causas del reciente aumento de la deforestación en la cuenca del Amazonas, y las políticas de crédito rural en Brasil también hacen muy poco a favor de apoyar iniciativas económicas ambientalmente sostenibles. En los años 2019 y 2020, sólo el 3% de los desembolsos realizados por las instituciones financieras de la región amazónica se dirigieron a actividades sostenibles; la mayor parte del resto se destinó a industrias que se sabe que dañan el ecosistema local, tales como la producción de soja y la ganadería a gran escala.
Las organizaciones dirigidas por las comunidades son clave para promover la silvicultura sostenible, pero su capacidad para generar cambios es limitada, debido a la falta de capital. Actividades como la enseñanza de técnicas más sostenibles a los agricultores, la creación de mercados que fomenten la inversión en productos forestales y el desarrollo de formas para integrar a las comunidades amazónicas en las cadenas de valor consumen mucho tiempo y son costosas.
La preservación de los bosques depende de varios factores interconectados. Una legislación que apoye los esfuerzos de conservación y más fondos para iniciativas como las mencionadas aquí ayudarán a promover el trabajo que es positivo para el medio ambiente. Pero si no se hacen cambios estructurales, tanto a nivel nacional como local, con el propósito de posibilitar que los residentes rurales se ganen la vida con actividades forestales sostenibles, la destrucción de los biomas forestales más importantes de la Tierra continuará.
To have unlimited access to our content including in-depth commentaries, book reviews, exclusive interviews, PS OnPoint and PS The Big Picture, please subscribe
South Korea's latest political crisis is further evidence that the 1987 constitution has outlived its usefulness. To facilitate better governance and bolster policy stability, the country must establish a new political framework that includes stronger checks on the president and fosters genuine power-sharing.
argues that breaking the cycle of political crises will require some fundamental reforms.
Among the major issues that will dominate attention in the next 12 months are the future of multilateralism, the ongoing wars in Ukraine and the Middle East, and the threats to global stability posed by geopolitical rivalries and Donald Trump’s second presidency. Advances in artificial intelligence, if regulated effectively, offer a glimmer of hope.
asked PS contributors to identify the national and global trends to look out for in the coming year.
SAN PABLO (BRASIL) – La protección y conservación de los biomas, especialmente de los bosques tropicales, es fundamental para alcanzar los objetivos climáticos, especialmente en países con abundante cobertura forestal. Sin embargo, los últimos datos de monitoreo muestran una deforestación significativa en muchas de estas zonas, incluyendo entre ellas a las más extensas del planeta.
En octubre de 2021, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil reportó el nivel más alto de pérdida de bosques en la Amazonía que se haya registrado en ese mes desde que se inició el monitoreo hace cinco años. Y el problema no se limita a la Amazonía. El segundo bosque tropical más grande del mundo, la cuenca del río Congo, perdió entre los años 2001 y 2020 más de 15 millones de hectáreas, o en otras palabras, una extensión que representa el 8% de su cobertura original.
Permitir que los habitantes de estas regiones que cuentan con gran biodiversidad coexistan con su entorno es esencial para garantizar la supervivencia de los biomas forestales. Pero ganarse la vida en los bosques no es una tarea sencilla. Actividades como la minería y la tala son más lucrativas, al menos a corto plazo, en comparación con, por ejemplo, la gestión forestal, la agricultura sostenible y el ecoturismo.
Una encuesta reciente sobre la dinámica del uso de la tierra en la Amazonía brasileña realizada a lo largo de dos años ofrece algunas ideas sobre cómo los gobiernos y los actores no gubernamentales pueden promover la conservación de los bosques a nivel local. Para empezar, es fundamental comprender las necesidades y preocupaciones de los residentes. Las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en la Amazonía, por ejemplo, aprendieron que la estabilidad económica es una de las principales preocupaciones de los agricultores rurales. Con este conocimiento, las ONG introdujeron nuevas prácticas agrícolas basadas en algunos de los avances científicos más recientes. Esto permitió que actividades como la ganadería y la producción de café puedan coexistir con la recuperación de los bosques.
Los objetivos globales para promover la biodiversidad, como por ejemplo aquellos acordados en la reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), son fundamentales para crear conciencia sobre la pérdida de ecosistemas y garantizar la responsabilidad que se asume a nivel internacional. No obstante, gran parte del verdadero trabajo de conservación se debe realizar necesariamente a nivel local.
Otros programas implantados durante este periodo enseñaron a los pequeños agricultores rurales técnicas de gestión forestal y formas cómo replantar especies autóctonas. Los agentes de extensión que trabajan con las ONG proporcionaron asistencia técnica a los agricultores y establecieron unidades de demostración para ayudar a que los residentes comprendan los beneficios de los nuevos métodos. La promoción entusiasta de las técnicas y la evidencia sobre que dichas técnicas mejoran la producción fueron factores decisivos para alentar a que los agricultores locales las adopten y participen activamente en actividades forestales sostenibles.
HOLIDAY SALE: PS for less than $0.7 per week
At a time when democracy is under threat, there is an urgent need for incisive, informed analysis of the issues and questions driving the news – just what PS has always provided. Subscribe now and save $50 on a new subscription.
Subscribe Now
Además de introducir prácticas agrícolas respetuosas con los bosques, las organizaciones de la sociedad civil en la Amazonía trabajan con cooperativas de pequeños productores para integrar comunidades remotas en mercados más grandes. Estas redes permiten a los agricultores ganar dinero con los bosques, sin dañarlos. Pero esta infraestructura es frágil. Según los datos recopilados por Conexsus, los ingresos anuales que generaron para sus miembros las cooperativas sostenibles en la Amazonía brasileña en el año 2019 fueron inferiores a la mitad del salario mínimo de Brasil para dicho año. Tales bajos ingresos hacen que sea más difícil alejar a los agricultores de actividades que son más rentables, pero menos sostenibles.
Para adoptar la silvicultura sostenible, los residentes de las comunidades rurales deben verla como una fuente confiable de ingresos estables. Las instituciones gubernamentales podrían reducir la incertidumbre económica mediante la promulgación de leyes e incentivos.
Desafortunadamente, los cambios recientes en las políticas en realidad limitan la viabilidad de la silvicultura sostenible en Brasil. El debilitamiento gradual de los organismos nacionales responsables del control y monitoreo del uso de la tierra es una de las principales causas del reciente aumento de la deforestación en la cuenca del Amazonas, y las políticas de crédito rural en Brasil también hacen muy poco a favor de apoyar iniciativas económicas ambientalmente sostenibles. En los años 2019 y 2020, sólo el 3% de los desembolsos realizados por las instituciones financieras de la región amazónica se dirigieron a actividades sostenibles; la mayor parte del resto se destinó a industrias que se sabe que dañan el ecosistema local, tales como la producción de soja y la ganadería a gran escala.
Las organizaciones dirigidas por las comunidades son clave para promover la silvicultura sostenible, pero su capacidad para generar cambios es limitada, debido a la falta de capital. Actividades como la enseñanza de técnicas más sostenibles a los agricultores, la creación de mercados que fomenten la inversión en productos forestales y el desarrollo de formas para integrar a las comunidades amazónicas en las cadenas de valor consumen mucho tiempo y son costosas.
La preservación de los bosques depende de varios factores interconectados. Una legislación que apoye los esfuerzos de conservación y más fondos para iniciativas como las mencionadas aquí ayudarán a promover el trabajo que es positivo para el medio ambiente. Pero si no se hacen cambios estructurales, tanto a nivel nacional como local, con el propósito de posibilitar que los residentes rurales se ganen la vida con actividades forestales sostenibles, la destrucción de los biomas forestales más importantes de la Tierra continuará.
Traducción del inglés: Rocío L. Barrientos