WASHINGTON, DC/MANILA – El plomo está en todas partes, a menudo oculto a plena vista: en el agua que bebemos, el aire que respiramos y los alimentos que comemos; en los productos de cuidado personal y en los juguetes de nuestros hijos. Es un metal útil, pero muy tóxico y difícil de detectar: sus emanaciones no emiten olores, y en la mayoría de los casos, la exposición no provoca síntomas evidentes inmediatos.
WASHINGTON, DC/MANILA – El plomo está en todas partes, a menudo oculto a plena vista: en el agua que bebemos, el aire que respiramos y los alimentos que comemos; en los productos de cuidado personal y en los juguetes de nuestros hijos. Es un metal útil, pero muy tóxico y difícil de detectar: sus emanaciones no emiten olores, y en la mayoría de los casos, la exposición no provoca síntomas evidentes inmediatos.