slaughter89_Geoffrey A. FowlerThe Washington Post via Getty Images_covid app Geoffrey A. Fowler/The Washington Post via Getty Images

La agenda de gobierno digital que necesita Norteamérica

WASHINGTON, DC – Hoy en Ucrania, y en muchos otros conflictos en todo el mundo, el ámbito digital se ha convertido en campo de batalla para ciberataques y guerra de información. Y en la vida normal cotidiana, las plataformas digitales pueden suponer un riesgo para la ciudadanía y para las democracias, al invadir la privacidad individual, manipular la atención de los consumidores, fomentar el aislamiento social y dar sustento al extremismo. Pero sin subestimar estos perjuicios, también tenemos que recordar las muchas bondades que tienen para ofrecer las nuevas tecnologías.

Un beneficio fundamental de las tecnologías digitales es su potencial para una inmensa mejora de la provisión de servicios gubernamentales. El mejor ejemplo es Estonia, un país donde los ciudadanos pueden votar, pagar impuestos, controlar sus fichas médicas, pedir un préstamo o registrar una empresa a través de Internet en cuestión de minutos. Los países de Norteamérica van muy rezagados, pero la pandemia de COVID‑19 ha creado oportunidades para que se pongan al día.

Pese a que las cuarentenas y cierres de oficinas causaron una multitud de problemas burocráticos (entre ellos largas demoras en la provisión de algunas prestaciones), también aceleraron el desarrollo de los servicios públicos digitales. En Estados Unidos, todos los niveles de gobierno han introducido una variedad de herramientas digitales, que van de la celebración de audiencias judiciales por videoconferencia al lanzamiento de programas de educación virtual en todo el país. Los gobiernos de estados que ya habían invertido en herramientas de la nube pudieron adoptar el teletrabajo; esto permitió crear rápidamente centros de atención telefónica, dar acceso remoto a aplicaciones de negocios y distribuir en forma ágil prestaciones de desempleo. Y en todos los niveles de gobierno también se trabajó con iniciativas tecnológicas de voluntariado, por ejemplo US Digital Response, para poner en marcha en poco tiempo servicios digitales en una amplia variedad de áreas: medidas de salud pública, asistencia alimentaria, votaciones, asignación de voluntarios y apoyo a las pequeñas empresas.

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