Los beneficios públicos de la educación privada

LAGOS – Las economías africanas, por fin, empiezan a rugir. En el periodo 2000-2010, después de décadas de crecimiento lento, seis de las economías del mundo con crecimiento más rápido se encontraban en el África subsahariana. Hasta el año 2060 la población de África podría llegar a 2,7 mil millones de personas, con una fuerte clase media de mil millones de personas.

Este no es un mero escenario color de rosa. Más del 70% de la población del África subsahariana tiene menos de 30 años – una creciente población joven que podría impulsar un rápido desarrollo económico, tal como ocurrió en Asia en las últimas tres décadas. Además, las economías de África ya han comenzado a diversificarse, poniendo menos énfasis en los recursos naturales en comparación con los prósperos sectores del turismo, agricultura, telecomunicaciones, banca y comercio minorista.

Con el fin de mantener el crecimiento y continuar atrayendo inversión extranjera directa – la cual se sextuplicó en la última década – África debe desarrollar una fuerza de trabajo altamente capacitada y muy bien instruida. Sin embargo, la falta de educación e instrucción se constituyen en el talón de Aquiles del continente. De hecho, los líderes empresariales africanos indican a menudo que encontrar personas con las habilidades adecuadas es un importante desafío para sus operaciones, especialmente en las industrias de alta tecnología.

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