

From semiconductors to electric vehicles, governments are identifying the strategic industries of the future and intervening to support them – abandoning decades of neoliberal orthodoxy in the process. Are industrial policies the key to tackling twenty-first-century economic challenges or a recipe for market distortions and lower efficiency?
NUEVA YORK – En 1787, Thomas Jefferson escribió que «el árbol de la libertad debe regarse de vez en cuando con la sangre de patriotas y tiranos». Pero un tema recurrente en política (que se aplica muy bien a la tensa unión de los Estados Unidos a inicios de 2023) es quién pertenece a cada categoría.
En el nuevo Congreso elegido el pasado noviembre, los republicanos de derecha radicales hicieron grandes avances amenazando no apoyar la candidatura de Kevin McCarthy para la presidencia de la Cámara de Representantes. A cambio de darle sus votos, los miembros del «Bloque de la Libertad» (una ferviente minoría trumpista) consiguieron designaciones en las comisiones más poderosas de la Cámara, donde controlarán la agenda durante los próximos dos años.
Los estadounidenses ya pueden prever lo que sucederá. Aunque el Senado y la presidencia están bajo control demócrata, los agitadores republicanos que acaban de obtener amplios poderes no están dispuestos a negociar. Descartada la posibilidad de que se aprueben proyectos de ley con patrocinio republicano, la única actividad de la radicalizada Cámara será dar un espectáculo puramente partidario.
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