cherepanyn3_JOHN MACDOUGALLAFP via Getty Images_germanyukraineprotest John MacDougall/AFP via Getty Images

Europa del Este también carga un trauma colonial

KIEV – Tras la caída del Muro de Berlín y el derrumbe de la Unión Soviética, se pensó que lo único que debía hacer Europa del Este era ponerse al día con Occidente. Liberados del yugo soviético, los estados de la región iban a experimentar una transformación natural y espontánea, en la que se asimilarían sin sobresaltos al orden económico, político y social occidental. Pero la invasión rusa de Ucrania reveló que es Occidente el que debe ponerse al día con la actualidad política del este.

El este de Europa no es como esperaba Occidente: el legado colonial y soviético complica la división binaria simplista entre norte y sur global. Por eso los estudiosos del poscolonialismo en Occidente siempre han pasado por alto a Europa del Este. Pero la guerra de Rusia contra Ucrania ha puesto de manifiesto una historia de subyugación brutal, y obliga a reformular el debate sobre el colonialismo. El primer paso para un debate correcto es que los colonizados empiecen a hablar de los colonizadores y no sólo acerca de sí mismos.

En la cultura y política de Occidente se ha puesto de moda el término «descolonialidad», referido a un marco intelectual para la crítica de perspectivas que todavía permean las instituciones, el discurso público y la conducta individual. Pero este proyecto de resistencia se aplica en general en el plano interno, donde sigue unido a la historia de los imperios marítimos y centrado ante todo en lo racial.

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