BRUSELAS – Ya sea un lugar para hacer negocios, estudiar, comprar, mantenerse en contacto, encontrar pareja o sustentar económicamente a familiares y amigos, no necesitábamos una pandemia para que nos muestre por qué Internet es importante. Pero la pandemia nos ha recordado que cuando actuamos para dar forma a la experiencia online, necesitamos hacerlo bien. La manera en que manejamos el mundo digital dice mucho sobre quiénes somos.
Ahora bien, ¿cómo deberíamos manejarla? Por empezar, ayuda saber específicamente qué esperamos lograr. Por ejemplo, queremos que la gente tenga acceso a redes asequibles y a las capacidades para utilizar la tecnología. Queremos elegir qué datos compartimos y cuándo y con quién los compartimos. Queremos conocer las huellas de carbono de nuestras computadoras tableta y los videos que vemos. Queremos estar protegidos online, tanto como lo estamos offline. Y queremos poder desconectarnos.
Todos en Europa –y en el resto del mundo- deberían poder confiar en estos principios básicos. Todos deberían saber que estos derechos existen y merecen protección. Además de los gobiernos nacionales y de los miembros del Parlamento Europeo, el 82% de la gente en los 27 estados miembro de la UE dice que quiere que la Comisión Europea defina y promueva un marco común de derechos y principios digitales.
BRUSELAS – Ya sea un lugar para hacer negocios, estudiar, comprar, mantenerse en contacto, encontrar pareja o sustentar económicamente a familiares y amigos, no necesitábamos una pandemia para que nos muestre por qué Internet es importante. Pero la pandemia nos ha recordado que cuando actuamos para dar forma a la experiencia online, necesitamos hacerlo bien. La manera en que manejamos el mundo digital dice mucho sobre quiénes somos.
Ahora bien, ¿cómo deberíamos manejarla? Por empezar, ayuda saber específicamente qué esperamos lograr. Por ejemplo, queremos que la gente tenga acceso a redes asequibles y a las capacidades para utilizar la tecnología. Queremos elegir qué datos compartimos y cuándo y con quién los compartimos. Queremos conocer las huellas de carbono de nuestras computadoras tableta y los videos que vemos. Queremos estar protegidos online, tanto como lo estamos offline. Y queremos poder desconectarnos.
Todos en Europa –y en el resto del mundo- deberían poder confiar en estos principios básicos. Todos deberían saber que estos derechos existen y merecen protección. Además de los gobiernos nacionales y de los miembros del Parlamento Europeo, el 82% de la gente en los 27 estados miembro de la UE dice que quiere que la Comisión Europea defina y promueva un marco común de derechos y principios digitales.