yergin5_Katja BuchholzGetty Images_oil Katja Buchholz/Getty Images

La transición energética se enfrenta a la realidad

WASHINGTON, DC – La “transición energética” de los hidrocarburos a las energías renovables y a la electrificación, hoy en día, ocupa el centro de los debates sobre políticas. Pero los últimos 18 meses han demostrado que esta misión representa un reto mucho mayor y más complejo de lo que uno pensaría al analizar los gráficos que aparecen en muchos escenarios. Inclusive en Estados Unidos y Europa, que han adoptado iniciativas de gran porte (como la Ley de Reducción de la Inflación y RePowerEU) para que las cosas avancen, el desarrollo, el despliegue y la ampliación a escala de las nuevas tecnologías de las que, en definitiva, depende la transición se determinarán con el tiempo.

El término “transición energética” sugiere que, simplemente, estamos dando un paso más en el recorrido que comenzó hace siglos con la Revolución Industrial. Pero, al examinar transiciones energéticas anteriores para mi libro The New Map (El nuevo mapa),me sorprendió lo diferente que es ésta. Mientras que la tecnología y la ventaja económica fueron el motor de las transiciones previas, la política pública hoy es el factor más importante. 

Por otra parte, las transiciones energéticas en el pasado se desarrollaron en el transcurso de un siglo o más, y no desplazaron por completo las tecnologías existentes. El petróleo superó al carbón como la principal fuente de energía del mundo en los años 1960. Sin embargo, ahora usamos tres veces más carbón que en aquel momento, con un consumo global que alcanzó un pico sin precedentes en 2022.

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