albright2_ZINYANGEAUNTONYAFPGettyImages_childrenbrokenwindowschool Zinyange Auntony/AFP/Getty Images

Una crisis de educación para todos

WASHINGTON, DC – Aichetou es una adolescente de 14 años que vive en las afueras de Nuakchot, capital de Mauritania, en la región africana del Sahel. Todos los días, debe recorrer un difícil camino de arena, para llegar a una escuela en la que no hay agua potable ni sanitarios, y en la que aprenderá muy poco, porque faltan manuales y maestros preparados. Y no está sola: en todo el mundo, decenas de millones de estudiantes padecen circunstancias similares, y 262 millones de niños y jóvenes directamente no van a la escuela.

Cuando deberíamos estar avanzando a todo ritmo hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas de garantizar “una educación inclusiva, equitativa y de calidad” para todos (ODS 4), el mundo enfrenta una crisis educativa cada vez peor. Es verdad que algunos países están haciendo avances: en Francia todos los niños reciben educación obligatoria (que pronto comenzará a los tres años de edad).

Pero millones de niños en otros países nunca pondrán un pie en un aula. Si el statu quo se mantiene, más de la mitad (825 millones) de los 1600 millones de jóvenes que vivirán en 2030 no tendrán las habilidades necesarias para prosperar económicamente. Las perspectivas son particularmente sombrías para las niñas, debido a factores como las normas culturales, la violencia de género y el matrimonio prematuro.

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