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¿Qué haría Roosevelt?

NUEVA YORK – Las consecuencias de la pandemia de coronavirus no se parecerán en nada a las de la crisis financiera de 2008; y no se obtendrá una recuperación en forma de V con medidas de estímulo convencional, por más grandes que sean los paquetes de estímulo. Estamos en guerra contra la COVID‑19, y en tiempos de guerra, la producción civil se detiene y el único trabajo que se necesita es el destinado al esfuerzo bélico mismo.

Además, lamentablemente es necesaria una recesión para detener el avance del virus. En Estados Unidos, más del 50% de los puestos de trabajo están en riesgo de despido, suspensión, recorte salarial y pérdida de horas. Casi todos los sectores de la economía perderán buena parte de su actividad, los hogares sufrirán una enorme merma de ingresos y el gasto de consumidores y empresas disminuirá rápidamente. En el sector industrial, el colapso ya comenzó; a continuación viene la economía de servicios, que emplea al 80% del total de trabajadores.

De modo que una pandemia provocará otra, de desempleo. La avalancha de despidos traerá una ola de deudas impagas, quiebras y reducción de ganancias. El efecto dominó continuará en muchos ámbitos: enorme caída de la recaudación impositiva en los niveles estatal y municipal, quiebras de empresas, empobrecimiento de comunidades, empeoramiento de indicadores sanitarios, gente sin techo y «muertes por desesperación».

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