NUEVA YORK – Ahora que Donald Trump es el candidato casi seguro del Partido Republicano para la elección presidencial de este año en los Estados Unidos, es buen momento para analizar una fuente de perplejidad que se mantiene desde su llegada a la escena política: ¿cómo es posible que los cristianos fundamentalistas estadounidenses estén tan entusiasmados con un político que no podría ser menos cristiano?
NUEVA YORK – Ahora que Donald Trump es el candidato casi seguro del Partido Republicano para la elección presidencial de este año en los Estados Unidos, es buen momento para analizar una fuente de perplejidad que se mantiene desde su llegada a la escena política: ¿cómo es posible que los cristianos fundamentalistas estadounidenses estén tan entusiasmados con un político que no podría ser menos cristiano?