BEIJING – En las últimas décadas y en cada vez más países, la barrera invisible que impide a las mujeres ascender a altos cargos políticos, empresariales y de otras organizaciones ha comenzado a quebrarse, cuando no ha estallado en pedazos. Pero subsiste otro obstáculo al avance femenino, un «segundo techo de cristal». El resultado es que cada vez más mujeres, en todos los sectores y en todos los países, abandonan la fuerza laboral en forma prematura, y no por elección propia.
BEIJING – En las últimas décadas y en cada vez más países, la barrera invisible que impide a las mujeres ascender a altos cargos políticos, empresariales y de otras organizaciones ha comenzado a quebrarse, cuando no ha estallado en pedazos. Pero subsiste otro obstáculo al avance femenino, un «segundo techo de cristal». El resultado es que cada vez más mujeres, en todos los sectores y en todos los países, abandonan la fuerza laboral en forma prematura, y no por elección propia.