MOSCÚ – Las interferencias alrededor del inminente viaje de Xi Jinping a Rusia -su primera visita a un país extranjero como nuevo presidente de China- me recuerdan a un eslogan de mi temprana niñez a fines de los años 1950: "Rusia-China, amistad para siempre". La ironía es que, incluso en el apogeo de ese eslogan, las relaciones sino-rusas se estaban deteriorando rápidamente y culminaron en espasmos de combate a lo largo del río Amur en Siberia menos de una década después. ¿Ese eslogan es más válido hoy?
MOSCÚ – Las interferencias alrededor del inminente viaje de Xi Jinping a Rusia -su primera visita a un país extranjero como nuevo presidente de China- me recuerdan a un eslogan de mi temprana niñez a fines de los años 1950: "Rusia-China, amistad para siempre". La ironía es que, incluso en el apogeo de ese eslogan, las relaciones sino-rusas se estaban deteriorando rápidamente y culminaron en espasmos de combate a lo largo del río Amur en Siberia menos de una década después. ¿Ese eslogan es más válido hoy?