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Una estrategia híbrida contra las pandemias

BOSTON – Incluso antes de la pandemia, los sistemas sanitarios del mundo estaban sobreexigidos bajo una demanda creciente y con falta de datos suficientes. No extraña que a pesar de las mejores intenciones de los profesionales médicos, muchos gobiernos no hayan podido dar una respuesta eficaz a la crisis de la COVID‑19.

La falta inicial de liderazgo en cuestiones básicas como la imposición de la mascarilla y de restricciones a los viajes resultó catastrófica, ya que permitió una amplia difusión del virus (y de la desinformación). También fue decepcionante la distribución de las vacunas: parcial, sin pautas uniformes y con trágicas divergencias geográficas. Aunque hubo todo un año para planificar el comienzo de las campañas, sólo ahora se debaten cuestiones como la accesibilidad, la justicia y el uso de pasaportes de vacunación. Las deficiencias de la infraestructura mundial de seguimiento y la lentitud y falta de coordinación en la toma de decisiones dejaron al mundo en un estado de profunda vulnerabilidad y ansiando que aparezcan ideas y liderazgos nuevos.

Pero el ingenio humano puede ayudar a compensar estas falencias; actores sociales, civiles y privados pueden llenar el vacío creado por la inacción de los gobiernos. Muchos emprendedores sociales y organizaciones sin fines de lucro son más ágiles y tolerantes a riesgos que las agencias públicas; y usando la ciencia de datos y la inteligencia artificial, crearon nuevos métodos optimizados para la recolección, depuración y distribución de información y evidencia científica. Así pudieron desarrollar novedosos mecanismos de seguimiento poblacional y estrategias de intervención temprana, que ayudan a personas y comunidades a tomar decisiones en tiempo real y modificar sus conductas.

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