ATLANTA – Tal vez el líder del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, haya cumplido con el papel que le asignaron cuando según dicen, se reunió con el presidente ruso Vladímir Putin en el Kremlin el 29 de junio. Pero más allá de esa artificiosa muestra de unidad, no habrá pasado desapercibido para el presidente chino Xi Jinping que el motín, extremadamente público, que Prigozhin protagonizó el mes pasado debilitó profundamente a los líderes rusos. Frente a la contraofensiva ucraniana y el aumento de las pérdidas rusas en el campo de batalla, la asociación «sin límites» de Xi con Putin se está convirtiendo rápidamente en un lastre militar para China.
ATLANTA – Tal vez el líder del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, haya cumplido con el papel que le asignaron cuando según dicen, se reunió con el presidente ruso Vladímir Putin en el Kremlin el 29 de junio. Pero más allá de esa artificiosa muestra de unidad, no habrá pasado desapercibido para el presidente chino Xi Jinping que el motín, extremadamente público, que Prigozhin protagonizó el mes pasado debilitó profundamente a los líderes rusos. Frente a la contraofensiva ucraniana y el aumento de las pérdidas rusas en el campo de batalla, la asociación «sin límites» de Xi con Putin se está convirtiendo rápidamente en un lastre militar para China.