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La líder que necesita la OMC

LONDRES – En momentos de intensas presiones para el sistema mundial de comercio, es vital la cooperación internacional para fortalecer un orden basado en reglas. Hoy, tal vez más que nunca, necesitamos una Organización Mundial del Comercio que dé apoyo a la recuperación económica, defienda el multilateralismo, recree la confianza y esté a la altura de los desafíos del siglo XXI planteados por la pobreza, la desigualdad, el cambio climático y (más en lo inmediato) la pandemia de COVID‑19.

Escribimos como representantes de organizaciones no gubernamentales, filántropos y dirigentes empresariales, unidos en la convicción de que Ngozi Okonjo-Iweala es la persona mejor preparada para guiar la OMC hacia una nueva era crucial.

Es fácil olvidar la importancia que tiene el comercio internacional para la gente común y corriente en todo el mundo. Las ayudas internacionales son un instrumento esencial en la promoción del desarrollo humano. Pero el comercio y los mercados (del nivel local hasta el global) son el medio a través del cual las personas logran salir de la pobreza con su propio trabajo y los países crean empleo, forjan prosperidad y aprovechan oportunidades comerciales. En este mundo interdependiente, un sistema multilateral abierto de comercio internacional supervisado por la OMC puede beneficiar a todos los países.

Para las naciones más pobres del mundo, el comercio internacional es un camino hacia el aumento de valor agregado de la producción. Con una gestión eficaz, y en vinculación con estrategias para el crecimiento inclusivo, el comercio internacional puede ayudar a hacer realidad la ambición fijada por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de erradicar la pobreza y crear prosperidad compartida. Ahora que el mundo está al borde de un retroceso histórico en el arduo progreso que había logrado en reducir la pobreza extrema y la malnutrición, combatir la mortalidad infantil y ampliar el acceso a educación, necesitamos un sistema de comercio que sirva a los pobres.

Okonjo-Iweala es la persona más indicada para colaborar con los gobiernos en la creación de ese sistema. Su carrera se distingue por un compromiso inquebrantable con la reducción de la pobreza, con las personas marginadas y con la igualdad de género. Bajo su liderazgo, la OMC será un motor del progreso hacia el logro de los ODS.

Además de reducir la pobreza, muchos de los objetivos mundiales fijados para 2030 dependen del comercio internacional. Lo que sucede a través del sistema de comercio tiene un profundo impacto sobre el medioambiente. La crisis climática, la pérdida de biodiversidad, el uso insostenible de recursos naturales y la contaminación de la tierra, el mar y el aire apuntan hacia una única conclusión irrefutable: no es posible seguir como hasta ahora (el «business as usual»). La escala e intensidad de estos desafíos es una amenaza directa a los medios de vida, los sistemas alimentarios y la salud de las personas.

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Un sistema eficaz de reglas multilaterales puede ayudar al mundo a torcer el rumbo antes de chocar con los límites ecológicos de nuestro planeta. La OMC puede ser un actor fundamental en la descarbonización del crecimiento, la protección de la biodiversidad y el control de la contaminación. De nuestra capacidad (o incapacidad) para estar a la altura de los grandes desafíos ecológicos de este siglo dependerá lo que las generaciones futuras piensen de nosotros y de nuestra dirigencia política.

Además, hay un premio enorme en juego: una economía global más sostenible ofrece nuevas oportunidades de negocios cuyo valor puede llegar a 12 billones de dólares al año o más en 2030; esto implica creación de empleo y mayor prosperidad. Pero los resultados dependerán en parte de la capacidad de los países para actuar juntos a través de la OMC.

Aunque el comercio internacional pueda parecer muy alejado de los desafíos urgentes que plantea la COVID‑19, la pandemia ha demostrado nuestra vulnerabilidad e interdependencia compartidas. También ha puesto de manifiesto los beneficios del comercio internacional para la salud pública. El intercambio transnacional de equipos de protección, kits de diagnóstico y medicamentos ayudó a salvar vidas. A futuro, superar la pandemia demandará no sólo la obtención de vacunas, sino también su distribución equitativa en todo el mundo. Para proteger la salud, tenemos que actuar como una única comunidad global. Pero la falta de normas de comercio eficaces y equitativas puede llevar a que se interrumpan cadenas de suministro, personas vulnerables no obtengan tratamiento y países enteros queden sin acceso a vacunas.

Los beneficios del comercio internacional nunca son automáticos. Por eso la OMC necesita una directora general capaz de trascender las divisiones políticas, tender puentes y hallar soluciones prácticas. En síntesis, necesita una líder que pueda ayudar a los gobiernos a superar sus diferencias y hallar puntos de acuerdo.

Creemos que Okonjo-Iweala es la persona más indicada para ejercer esa función.

En su prestigiosa carrera como economista del desarrollo, nunca dejó de resaltar la importancia fundamental del comercio en la búsqueda de prosperidad compartida. No sólo eso; la cuestión comercial es una presencia destacada en su currículum. Trabajó 25 años en el Banco Mundial dedicada a cuestiones de política económica, incluidas las dificultades comerciales a las que se enfrentan los países en desarrollo en todas las regiones. Como ministra de finanzas de Nigeria, y como ministra de coordinación económica (la primera en la historia del país), supervisó la relación crucial del comercio y la inversión con otros sectores productivos, y participó en la reforma del comercio nacional y subregional.

Además, Okonjo-Iweala tiene un excelente historial en la implementación eficaz de reformas. Como directora gerente en el Banco Mundial, negoció una amplia variedad de iniciativas de financiación del desarrollo. En Nigeria, estuvo al frente de importantes reformas financieras y fue una promotora de la transparencia. Su hábil manejo de complejos acuerdos de alivio de deuda demostró una capacidad para explorar caminos prácticos hacia las soluciones.

Okonjo-Iweala también tiene unas credenciales impresionantes en temas de salud pública y medioambiente. En la actualidad es la presidenta de Gavi, la Alianza para la Vacunación, una asociación público‑privada que salvó millones de vidas. En el ejercicio de ese cargo, participó en el diseño de la novedosa iniciativa COVAX, que ya atrajo más de 1700 millones de dólares de financiación para asegurar que los países más pobres tengan acceso equitativo y económico a vacunas. También es copresidenta de la Comisión Global sobre Economía y Clima.

Su largo historial en la formulación de políticas le provee las habilidades y la experiencia necesarias para dialogar con gobiernos y otras partes interesadas. Un sistema de comercio bien administrado que ponga en primer lugar los intereses compartidos beneficiará a todos los países, ricos y pobres por igual.

Creemos en la OMC y queremos para ella una directora general capaz de movilizar la acción internacional y generar resultados no sólo para las economías más fuertes, sino también para los países más pobres del mundo y para las personas que han quedado marginadas. Por todo lo antedicho, Okonjo-Iweala es la candidata ideal para el puesto.

Este comentario ha sido firmado en forma conjunta por: K. Y. Amoako, fundador y presidente del Centro Africano para la Transformación Económica; Bono, cofundador de The ONE Campaign; Aliko Dangote, fundador, presidente y director ejecutivo del Grupo Dangote; Nathalie Delapalme, directora ejecutiva de la Fundación Mo Ibrahim; Jamie Drummond, estratega global en GlobalGoals.org; Caroline Kende-Robb, ex secretaria general de CARE International y directora ejecutiva del Africa Progress Panel; Rachel Kyte, decana de la Escuela Fletcher en la Universidad Tufts; Strive Masiyiwa, presidente ejecutivo y fundador del Grupo Econet; Girish Menon, director ejecutivo de ActionAid UK; Sanjay Pradhan, director ejecutivo de Open Government Partnership; Gayle Smith, directora ejecutiva de The ONE Campaign; Justin van Fleet, presidente de Theirworld y director ejecutivo de la Coalición Mundial de Empresas para la Educación; Zouera Youssoufou, directora general y directora ejecutiva de la Fundación Aliko Dangote; y Tim Wainwright, director ejecutivo de WaterAid.

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