BOGOTÁ – Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, el mundo en desarrollo ha enfrentado crecientes vulnerabilidades en materia de endeudamiento estatal. Los aumentos de las tasas de interés y el acceso limitado a los mercados internacionales de capital no han hecho más que exacerbar el problema, hasta el punto de que incluso los países solventes se enfrentan ahora a problemas de liquidez. Además, el Fondo Monetario Internacional predice que, en los próximos años, los niveles de deuda de los países en desarrollo seguirán siendo más altos que en 2019. Parece claro que muchos países de ingresos bajos y medios seguirán experimentando tensiones asociadas a sus deudas, incluso si no están en riesgo de incumplir con sus obligaciones.
BOGOTÁ – Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, el mundo en desarrollo ha enfrentado crecientes vulnerabilidades en materia de endeudamiento estatal. Los aumentos de las tasas de interés y el acceso limitado a los mercados internacionales de capital no han hecho más que exacerbar el problema, hasta el punto de que incluso los países solventes se enfrentan ahora a problemas de liquidez. Además, el Fondo Monetario Internacional predice que, en los próximos años, los niveles de deuda de los países en desarrollo seguirán siendo más altos que en 2019. Parece claro que muchos países de ingresos bajos y medios seguirán experimentando tensiones asociadas a sus deudas, incluso si no están en riesgo de incumplir con sus obligaciones.