LONDRES – Tras su reciente condena por los asesinatos de siete bebés y los intentos de matar a otros seis en el hospital Condesa de Chester entre junio de 2015 y junio de 2016, la enfermera neonatal Lucy Letby tiene para sí la horrible distinción de ser la asesina serial de niños más prolífica en la historia del Reino Unido. En los diez meses que duró el juicio (que se cree ha sido el juicio por asesinato más largo de la historia del RU), la fiscalía detalló de qué manera la acusada dañó a los bebés puestos bajo su cuidado, inyectándoles aire e insulina en el torrente sanguíneo, insuflándoles aire en el abdomen o inutilizándoles los tubos de respiración.
¿Qué motivos puede tener una enfermera (alguien cuya profesión es cuidar a otras personas) para infligir un sufrimiento tan terrible? Incluso después de cubrir el juicio y pasar meses en presencia de Letby, la periodista de la BBC Judith Moritz no conseguía comprender sus motivaciones. Un mensaje de texto que escribió Letby sugiere la presencia de un «complejo de Dios»: «a veces pienso, ¿cómo es que unos niños enfermos salen adelante y otros mueren tan de repente e inesperadamente? Tal vez tenga que ser así.». Pero en opinión de Moritz, no es una respuesta satisfactoria.
Un examen de casos similares puede dar pistas acerca de la situación psicológica de Letby. Los asesinos seriales enfermeros son mucho más comunes de lo que se piensa. Un caso es Niels Högel, quien confesó haber matado a 43 personas mientras trabajaba como enfermero en dos clínicas de las ciudades de Oldenburg y Delmenhorst al norte de Alemania entre 2000 y 2005.
LONDRES – Tras su reciente condena por los asesinatos de siete bebés y los intentos de matar a otros seis en el hospital Condesa de Chester entre junio de 2015 y junio de 2016, la enfermera neonatal Lucy Letby tiene para sí la horrible distinción de ser la asesina serial de niños más prolífica en la historia del Reino Unido. En los diez meses que duró el juicio (que se cree ha sido el juicio por asesinato más largo de la historia del RU), la fiscalía detalló de qué manera la acusada dañó a los bebés puestos bajo su cuidado, inyectándoles aire e insulina en el torrente sanguíneo, insuflándoles aire en el abdomen o inutilizándoles los tubos de respiración.
¿Qué motivos puede tener una enfermera (alguien cuya profesión es cuidar a otras personas) para infligir un sufrimiento tan terrible? Incluso después de cubrir el juicio y pasar meses en presencia de Letby, la periodista de la BBC Judith Moritz no conseguía comprender sus motivaciones. Un mensaje de texto que escribió Letby sugiere la presencia de un «complejo de Dios»: «a veces pienso, ¿cómo es que unos niños enfermos salen adelante y otros mueren tan de repente e inesperadamente? Tal vez tenga que ser así.». Pero en opinión de Moritz, no es una respuesta satisfactoria.
Un examen de casos similares puede dar pistas acerca de la situación psicológica de Letby. Los asesinos seriales enfermeros son mucho más comunes de lo que se piensa. Un caso es Niels Högel, quien confesó haber matado a 43 personas mientras trabajaba como enfermero en dos clínicas de las ciudades de Oldenburg y Delmenhorst al norte de Alemania entre 2000 y 2005.