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Cerrar la brecha global del cuidado infantil

WASHINGTON, DC – Cuando comenzaron los confinamientos por el COVID-19, la importancia de guarderías asequibles repentinamente se volvió evidente para muchos, especialmente para las mujeres trabajadoras. El año pasado, las mujeres dedicaron el triple de horas que los varones al cuidado infantil no pago, perdiendo como resultado unos $800 mil millones en sus ingresos. La brecha de género en la prestación de cuidados infantiles es incluso mayor en los países de ingresos bajos y medios. Por ejemplo, en la India las mujeres destinaron al cuidado infantil no pago diez veces más tiempo que los hombres.

Desde el comienzo de la pandemia, los países más ricos del mundo han buscado fortalecer su infraestructura de cuidados infantiles domésticos y ampliar el acceso a ella. Pero si de verdad desean mejorar las perspectivas mundiales de las mujeres, también deberían invertir en programas de este tipo en el extranjero.

Incluso antes de la pandemia, el cuidado infantil de calidad era ampliamente accesible en varios países de altos ingresos. Canadá otorga a las familias importantes subsidios mensuales para financiar su coste. Islandia proporciona preescolar universal y Dinamarca permite a los nuevos padres que acorten su horario de trabajo manteniendo sus empleos, salarios, sanidad y otros beneficios. Los padres suecos tienen derecho a 480 horas combinadas de licencia con cerca del 80% del salario, el que se puede usar en cualquier momento hasta el octavo cumpleaños de niño o la niña.

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