slaughter92_Konstantin ZavrazhinGetty Images_mcdonalds russia Konstantin Zavrazhin/Getty Images

Los arcos dorados van a la guerra

WASHINGTON, DC/NEW HAVEN – Después de la Guerra Fría, la globalización se aceleró. Thomas Friedman observó que no hay dos países en que funcione un local de la franquicia McDonald’s que hubieran entrado en guerra entre sí, lo que lo llevó a enunciar la llamada Teoría de los Arcos Dorados de Prevención de Conflictos: cuando un país alcanza un cierto nivel de desarrollo económico -en que la clase media es lo suficientemente grande como para que exista un McDonald’s-, sus habitantes pierden interés en ir a la guerra. Según esta lógica, la clave para la paz radica en el desarrollo económico y la interconexión

No pasó mucho tiempo antes de que Rusia refutara en la práctica esta teoría, primero con su invasión a Georgia en 2008 y nuevamente con su invasión a Ucrania en 2014. Hoy ha lanzado una campaña militar total que apunta a conquistar Ucrania y devolver sus tierras y habitantes a la “Madre Rusia”. Parece claro que los vínculos económicos, por sí solos, no bastan para preservar la paz.

Muchos ven hoy el compromiso económico como una carga. Después de todo, países como Alemania e Italia, fuertemente dependientes de la energía rusa, son prácticamente rehenes del militarismo del Kremlin. La orden del día es cortar vínculos comerciales y económicos con Rusia, que ya no es un “país McDonald’s”, pues la compañía anunció en marzo que cerraría los 850 locales de su franquicia en territorio ruso.

https://prosyn.org/HZPLG1res