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La creación de campeones industriales en los países en desarrollo

WASHINGTON, DC – Para muchas empresas en economías emergentes y en desarrollo, emular el éxito de firmas como Samsung y Hyundai puede parecer un sueño imposible. Pero el veloz crecimiento económico de Japón, Corea del Sur y otros países asiáticos en la segunda mitad del siglo XX muestra el modo de hacerlo.

Japón y Corea del Sur, por ejemplo, fueron alguna vez países pobres que luchaban por llegar al nivel de altos ingresos lo antes posible. Ambos alcanzaron la meta por medio de fuertes intervenciones estatales, por ejemplo políticas industriales que ayudaron a las empresas locales a incursionar en sectores avanzados y competir en el mundo. Aplicando estas enseñanzas, los países en desarrollo pueden ofrecer oportunidades similares a sus empresas, y al mismo tiempo buenas rentabilidades para los inversores de todo el mundo.

El “milagro asiático” fue en gran medida resultado de una estrategia tripartita. En primer lugar, el Estado fijó metas ambiciosas y las logró alentando y apoyando a las empresas privadas para que intentaran ingresar rápidamente a sectores industriales de alta tecnología. Luego, los gobiernos comprendieron que para entrar al podio de las economías de altos ingresos, era necesario desarrollar fuertes sectores exportadores. Finalmente, fue necesario que las autoridades alentaran una cultura de intensa competencia corporativa, además de una estricta rendición de cuentas del apoyo que recibían las empresas. La consiguiente simbiosis entre el Estado y el mercado resultó sumamente exitosa y es un modelo para otros países en desarrollo.

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