NUEVA YORK – Siempre preocupados por los déficits fiscales, los responsables de las políticas de los países desarrollados siguen ignorando un déficit diferente aunque igualmente crítico: el déficit de confianza entre las economías avanzadas y emergentes cuando se trata de la gobernancia global.
NUEVA YORK – Siempre preocupados por los déficits fiscales, los responsables de las políticas de los países desarrollados siguen ignorando un déficit diferente aunque igualmente crítico: el déficit de confianza entre las economías avanzadas y emergentes cuando se trata de la gobernancia global.