NUEVA YORK – La economía política del desarrollo en América Latina siempre osciló entre el populismo estatista y el neoliberalismo tecnocrático. Las únicas constantes parecen ser el crecimiento insostenible y las crisis de deuda, de lo que sirve de ejemplo el atolladero en que se encuentra Argentina. En una perspectiva más amplia, la cuestión crucial es que independientemente de que uno tome partido por el gobierno argentino o por sus acreedores, nadie (ni siquiera el Fondo Monetario Internacional) tiene una estrategia creíble para generar crecimiento económico sostenible y prosperidad.
NUEVA YORK – La economía política del desarrollo en América Latina siempre osciló entre el populismo estatista y el neoliberalismo tecnocrático. Las únicas constantes parecen ser el crecimiento insostenible y las crisis de deuda, de lo que sirve de ejemplo el atolladero en que se encuentra Argentina. En una perspectiva más amplia, la cuestión crucial es que independientemente de que uno tome partido por el gobierno argentino o por sus acreedores, nadie (ni siquiera el Fondo Monetario Internacional) tiene una estrategia creíble para generar crecimiento económico sostenible y prosperidad.