STANFORD – En diciembre, los CEO de los ocho bancos más grandes de Estados Unidos participaron de una sesión de tres horas donde plantearon sus posturas ante el Comité de Banca del Senado. Fue una demostración descorazonadora que reveló la mezcla tóxica de política y retórica estúpida que suele caracterizar a las discusiones en torno a la banca.
STANFORD – En diciembre, los CEO de los ocho bancos más grandes de Estados Unidos participaron de una sesión de tres horas donde plantearon sus posturas ante el Comité de Banca del Senado. Fue una demostración descorazonadora que reveló la mezcla tóxica de política y retórica estúpida que suele caracterizar a las discusiones en torno a la banca.